Reportaje | Anticipándose a la norma: el móvil en los colegios coruñeses

Reportaje | Anticipándose a la norma: el móvil en los colegios coruñeses
La restricción del móvil aleja su uso de los colegios | Javier Alborés

El regreso escolar tras las vacaciones navideñas se diferenció este año con la aplicación de un nuevo protocolo impuesto por la Xunta. Esta normativa endureció la prohibición de la utilización del móvil dentro de los centros educativos. En lugar de impedir el uso de los dispositivos electrónicos en horario lectivo, tal y como marcaba  la normativa de 2015, a partir de ayer, la restricción se extendió al tiempo libre en cualquier área de las instituciones; desde comedores a patios de recreo. Las únicas excepciones contempladas son aquellas por causas justificadas, como necesidades médicas. 


A pesar de la novedad y el carácter institucional de la medida, múltiples instituciones coruñesas ya habían asumido la prohibición total de la utilización del móvil más allá de las aulas desde hace tiempo. “Nosotros ya habíamos contemplado en nuestras NOF (Normas de Organización y Funcionamiento) lo que ha dispuesto la Xunta”, afirmó el vicedirector del instituto Agra del Orzán, Eduardo Patiño. “Las normas son muy claras. El alumno no puede traer el móvil; o bien, si lo trae, no puede utilizarlo ni sacarlo del bolsillo salvo que sea por un práctica y con supervisión del profesorado”.


Ante los beneficios aportados, Patiño destacó lo positivo de la aplicación de esta legislación impuesta por el Gobierno gallego: “La Xunta tomó buena nota de lo que los centros veníamos haciendo y lo ha plasmado. Esto también nos da un amparo jurídico”.


El Liceo también impuso estas medidas desde hace años a través de su normativa interna. Al igual que en el Agra do Orzán, la regla antimóvil es una realidad a la que todos los alumnos están acostumbrados. “Contemplamos los recreos como un lugar de ocio, de descanso y de compartir con los compañeros momentos que, al final, es lo que les hace crecer como personas”, explicó el jefe de estudios del Liceo, Javier Fernández: “Evidentemente cada uno sigue con sus vidas y con la utilización del móvil una vez salen del centro, pero creemos que necesitan explotar otro tipo de habilidades sociales”.


Concienciación

Los docentes también subrayaron los problemas fuera del colegio. Dado que las restricciones finalizan más allá del recinto, los jóvenes se ven expuestos a peligros derivados de las redes sociales. Sin embargo, los institutos realizan talleres y clases especiales para aportar la madurez y herramientas necesarias para que los jóvenes lidien con estas situaciones.


“Todos los años participamos en las charlas de las fuerzas de seguridad relativas a los usos correctos de internet”, comentó el director del Ramón Otero Pedrayo, José Carlos Suárez. Aparte de esta práctica, también mencionó la realización de talleres sobre estos temas durante las tutorías; una medida habitual en las instituciones.

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