Reportaje | La escuela diseñada desde A Coruña que cambió la vida a niños nacidos en pleno desierto peruano

Reportaje | La escuela diseñada desde A Coruña que cambió la vida a niños nacidos en pleno desierto peruano
La escuela inicial 140 lleva en funcionamiento desde el pasado mes de octubre

El pasado jueves, el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (Cscae) anunciaba los  ganadores de los Premios Arquitectura; un reconocimiento a los proyectos que mejor contribuyen al compromiso social, cultural y medioambiental de nuestro entorno. Y entre los galardonados resultó elegida la Escuela inicial 140, ubicada en la comunidad de Santa Cruz de Villacuri (Perú), y realizada por Estudio Copla (A Coruña)  y Atelier Ander Bados, que recibió el premio Profesión. 


“Fuimos contratados por una ONG para construir una escuela en el desierto. Son zonas marginadas, en las que llevan en aulas temporales mucho tiempo, casi desde el terremoto del año 2007. Casi no se disponen de fondos, y son los lugares que habitualmente son  los últimos en recibir ayudas y servicios”,  explica al respecto Betsaida Curto Reyes, fundadora de Estudio Copla. “Nos contrataron en una fase inicial. Tuvimos que encargarnos de decidir que lugar era el más adecuado, teniendo en cuenta aspectos como el número de alumnos que podía haber en cada sitio de los que valorábamos. Pretendíamos construirla en el lugar en el que fuese más necesaria y ayudase a más personas”, añade.


Aunque todas las personas que participaron en la realización de este proyecto eran conscientes de que les tocaba trabajar en un lugar en la que predomina la pobreza, lo cierto es que cuando llegaron a la zona no pudieron dejar de sorprenderse ante el panorama que allí se encontraron. “Era el barrio más olvidado que habíamos encontrado nunca. En medio del desierto. No parece ni un pueblo. Son asentamientos de gente que va a trabajar al campo. Hay mucho chabolismo y son viviendas que están en muy malas condiciones, pero la población es enorme”, explica Curto.


“En esa zona, la escuela llama mucho la atención porque contrasta con el resto del paisaje. Nosotros ya buscamos hacer algo que fuera, por decirlo de alguna manera, lo más culturalmente parecido a esa zona. No queríamos parecer el típico salvador blanco, sino ayudarles a poner en valor todos los materiales que ellos utilizan. Nos fijamos mucho en los detalles y lo hicimos todo con mimo”, relata la arquitecta.

 

Preservar la dignidad

Uno de los aspectos que siempre fue clave en el desarrollo del proyecto es garantizar la calidad de la escuela, para que las condiciones en las que estudiasen los niños fuesen dignas. “Para nosotros, lo más importante era preservar la dignidad de todos los alumnos y evitar la diferencia de clase. No queríamos hacer una escuela a la que luego nosotros no fuésemos a llevar a nuestros hijos. Hicimos todo con mucho cariño”, recalca.


“Da la sensación a veces de que la arquitectura se ha separado un poco del público, pero al final es para el usuario. Queríamos hacer una obra que fuese para los niños, que estuviesen cómodos. Y sinceramente, premios al margen, estamos orgullosos del resultado”, afirma la arquitecta.


Aunque la pandemia supuso un retraso en la finalización de la obra, lo cierto es que ya está operativa desde el pasado mes de octubre. “Hasta que llegó el covid, nosotros también estábamos a pie de obra, además de hacer el diseño. Nuestro grado de implicación ha sido máximo. Conocíamos a los albañiles y a las personas de la zona. Era imposible no involucrarse a nivel personal”, reconoce la fundadora de Estudio Copla.

 

Calidad y compromiso

A la hora de elegir ganadores, el Cscae tuvo en cuenta sobre este proyecto “su calidad arquitectónica y su compromiso con la sostenibilidad medioambiental, social y económica, en un contexto de emergencia climática y conscientes de la necesidad de promover arquitecturas responsables para garantizar el bienestar de todas las personas”.


En ese sentido, Betsaida Curto Reyes defiende la labor que realiza la arquitectura en iniciativas como esta, con un marcado carácter social. “El premio es un reconocimiento en España, y eso tiene su importancia. Nosotros somos de una generación que, en su momento, se tuvo que ir fuera para intentar hacer cosas diferentes y crecer como profesionales. Muchas veces, por desgracia, la arquitectura de cooperación parece como de segunda clase en el ‘mundillo’ de la profesión. Y que se ponga la intención en que no lo sea, que no sea algo barato y rápido, es muy importante, y aquí lo hemos conseguido”, finaliza.


Los proyectos ganadores de los Premios Arquitectura 2022 han sido escogidos por un jurado entre las 177 propuestas seleccionadas por los Colegios Oficiales de Arquitectos y Consejos Autonómicos, dentro de sus ámbitos territoriales, lo que les otorga un reconocido prestigio a todos los proyectos galardonados.

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