Una vieja aspiración coruñesa, la de tener un parque de atracciones, se hizo realidad el sábado y domingo con la llegada de Hobbycon a Palexco. Se trata de un evento tan ecléctico que definirlo no hace justicia a su verdadera dimensión: desde videojuegos a cosplay pasando por juegos de mesa y las últimas tendencias en kpop, aderezado con pizcas de gastronomía y repostería asiática y merchandising variopinto sobre personajes y series manga y anime. Ello es, el paraíso soñado que uno se encontraría al bucear en los sueños y la mente de un fan.
Que las formas y el envoltorio no oculten la realidad: Hobbycon es un congreso en el sentido estricto de la palabra y encaja en la definición del turismo Mice que promueve la ciudad. Se trata de una puesta en común de experiencias, conocimientos y destrezas, con transacciones comerciales de por medio y sobre todo una alta capacidad para atraer visitantes desde otros puntos de la provincia y la comunidad. Es el caso de Luffy, cuyo plan de fin de semana fue coger la mochila, su cosplay de One Piece y viajar desde Monforte para encontrar a dos horas de casa un universo a medida que ninguna agencia de viajes le podría facilitar. “El mito de que los fans del anime o los videojuegos somos antisociales se viene abajo si te pasas por aquí”, explica. “Jugamos, hablamos, nos tocamos y nos reímos con gente de todas las edades y de muchos sitios, ¿qué más se puede pedir?”, añade. Luffy, aunque en su DNI y en su puesto de trabajo diga otro nombre, tiene 49 años. Hakiro, probablemente otro alias, suspira porque nunca lleguen las 21.00 horas y se apague ese universo mágico de 48 horas antes de volver a la realidad en Feáns.
Salón de la fama
El goteo de personas es casi tan constante como el de personajes durante las dos jornadas. No siempre uno tiene la oportunidad de cruzarse con Link de Zelda o intercambiar opiniones en un mercadillo con Bowsette, la pareja del villano de Super Mario Bros nacida de la imaginación de los fans. Arden las redes sociales a golpe de selfie y se suceden las caras de sorpresa cuando dos cosplays, muchos de ellos hechos con un minucioso trabajo, arrancan sonidos de exclamación y admiración mutua.
En una esquina, mientras, la ya icónica niña de ‘El juego del calamar’ amenaza con eliminar a los que se muevan. Lo de ‘paloma blanca, paloma negra’ es ya cosa de analógicos.
Consolas vintage
Advierte la megafonía del inminente inicio de un torneo de Tekken en la zona de videojuegos. En los tiempos de la rivalidad online resulta casi vintage ver a dos personas enfrentarse no solo en la pantalla, sino sacar codos y tapar el mando para que no les adivinen los penaltis en el Fifa. Otro mérito de Hobbycon es que, salvo por el tamaño, resulta distinguir quién es el padre y cuál el niño mientras ambos disfrutan como enanos de la hilera de consolas, desde la Atari a la Play 5, pasando por la Game Cube, Saturn o Master System.
Los estímulos visuales y reclamos no dejan un rincón de Palexco sin lugar a la tentación para la cartera, incluido un camino de salida que serpentea entre puestos de ropa. Ya fuera, resulta complicado no pensar lo freak que es no ser friki.