Reportaje | Una hora de recreo apta para todas las generaciones

Reportaje | Una hora de recreo apta para todas las generaciones
La escuela infantil de Los Rosales fue un punto de encuentro generacional / Mónica Arcay

Juegos, música y caras de felicidad. La escuela infantil de Los Rosales era una auténtica fiesta hoy a media mañana, gracias a la visita de los usuarios de Afaco. Se trataba de un encuentro de estas personas de edad avanzada con niños de edades comprendidas entre uno y dos años, para compartir un rato juntos. “Es un proyecto intergeneracional que nace a raíz de una idea de Afaco y de la escuela. Llevamos haciendo este tipo de iniciativas muchos años. Las personas que vienen sufren alzheimer o padecen otro tipo de demencia, y aquí vuelven a sentirse protagonistas”, explica Mónica Pulleiro, profesora de la escuela y coordinadora del proyecto.


“Lo que hacemos en esta ocasión es recrear es un viaje en el tiempo en el que puedan participar todos. Por ejemplo, hoy estamos en Grecia, en la época de las Olimpiadas, por eso hay tantos juegos y deportes distintos adaptados para ellos”, explica. “A nivel social tiene muchos beneficios para los mayores. Es gente que en muchos casos está muy sola y además, como son mayores, se tiende a estar muy encima de ellos, incluso a infantilizarlos. Aquí, ellos se vuelven a sentir protagonistas. Son ellos los que están pendientes de los niños y les cuidan, o al menos, sienten que tienen esa responsabilidad. Está claro que en el fondo no es así, porque nosotros estamos atentos en todo momento, pero sienten que tienen el control de la situación. Ellos piensan que el niño está bajo cuidado y se hacen responsables de ellos”, añade.


Y si para las personas mayores es una experiencia útil, también lo es para los niños. “A los niños, les viene muy bien esta experiencia, porque así se relacionan con adultos y gente mayor que no es de su familia. Es importante para que aprendan a socializar. Aquí están con personas que no son de su círculo, y esta interactuación es algo fundamental para su desarrollo”, detalla Pulleiro.


Además, también participan en la experiencia alumnos del instituto Monte das Moas. Son estudiantes que han creado un grupo musical llamado ‘Dijo 4’, y que tocaban sus instrumentos para crear un ambiente todavía más festivo. “Los chicos vienen encantados, porque es una actividad con un fin social. Y así tocan para alguien”, explica Juan Dios, su profesor de música. El espectáculo era grabado e inmortalizado por alumnos del ciclo de Imagen y Sonido en Someso, por lo que la experiencia también supuso para ellos la oportunidad de hacer sus primeros trabajos.

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