Hace 66 años de su fallecimiento y la historia es muy injusta, cuya biografía asombra al estudiarla, ésta ilustre mujer dejada en el olvido, habiendo sido de las más relevantes de su tiempo. Sofía Guadalupe Pérez Casanova de Lutoslawski, periodista, poeta y novelista, la primera mujer española convertida, en corresponsal de guerra, fue una de las personas más cultas en los círculos de la literatura.
Nace en el lugar de Almeiras-Culleredo (Coruña) el 30 de agosto de 1861, destacará por su perfil humano en sus crónicas a través del diario madrileño ABC, como corresponsal en Polonia y Rusia, desde donde describe los horrores y el sufrimiento de la población civil, en el transcurso de las contiendas que asolaron aquella parte del continente europeo, que supo cubrir en sus artículos, a los que hay que incluir, su trabajo literario.
Actividad en Europa
Su actividad por Europa, le permite observar acontecimientos como; los sufragistas ingleses, el avance del sindicalismo, el movimiento radical bolchevique en Rusia en tiempos de los zares, contemplar, los horrores de ambas contiendas mundiales (I y II Gran Guerra) y sobre todo, sentir el horror como nadie, de la persecución nazi, contra los judíos en el gueto de Varsovia.
Sofía, era hija de Rosa Casanova Estomper, natural de Nueva Orleáns y de Vicente Pérez Eguía, litógrafo, natural de San Martín de Valongo (Orense) Siendo aquella todavía una niña, el padre abandona la familia, quedando ésta sin recursos económicos, pasando a vivir con los abuelos maternos, el cual era un marino de profesión, natural de Ferrol, Juan Bautista Casanova Plá y Cancela. Su infancia la pasa en Casa del Ombre, (hoy desaparecida) en San Julián de Almeiras. Inicia sus estudios en la escuela de la maestra doña Concha y más tarde los finaliza en el conservatorio de Madrid, a donde se había trasladado con su madre, hermanos y abuelos. En la Capital, inicia los estudios de poesía y declamación, se relaciona con gentes del mundo literario, entre las cuales se encontraba Blanca de los Ríos, que llegó a ser una gran amiga de Sofía. La casualidad, quiere que se fije en ella, el Marqués del Valmar y le ayuda a publicar algunos de sus poemas en; El Telegrama, El Obrero, Flores y Pestos, etc. Los primeros los hace con apenas 15 años y se publican en el Faro de Vigo, enviados por su madre. Su talento pronto se reconoce en los círculos literarios más selectos que ella frecuentaba.
En 1880 se la conocía como una joven promesa elogiada de la poesía. En esa época inicia la carrera como actriz, entre 1878 y 1882 actúa en el Teatro Español, llega a ser protegida del poeta Ramón de Campoamor, quién la introduce en las tertulias del Conde Andino, tutor del Rey Alfonso XII y del Marqués de Valmar. A través de este, es presentada en la corte del monarca, donde se organizaban veladas poéticas. Con 20 años, estaba considerada una gran poetisa. En 1885 el monarca costea la edición de su libro poético. Según sus biógrafos, Sofía, tenía un gran parecido físico con la Infanta Eulalia de Borbón. En las tertulias que frecuentaba, mantenía un buen trato con todos los intelectuales del momento, Bernard Show, Blanca de los Ríos, Sofía Tartián, Filomena Dato ó Emilia Pardo Bazán, entre otros. En estos círculos es cuando conoce de forma casual, al filósofo y diplomático polaco Lutoslawski, el cual llega a ser su marido, había llegado a Madrid, procedente de Francia y estudia el pesimismo en la literatura española. Se casan Polonia en la Iglesia de San Marcos el 19 de marzo de 1887 y se instalan en Drozdowa, un Oblast de Rusia, viajando los veranos a Galicia, en relación con la tierra donde había nacido. Teniendo por hijas a María, Isabel, Yadwiga y Halina. Llega a ser miembro de la Real Academia Gallega y se le otorgan las distinciones de la Gran Cruz Civil de la Beneficencia en 1918 y Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso XIII en 1925. Sofía, fue una de las pocas mujeres elogiadas por Benito Pérez Galdós, estrenando la primera pieza dramática “La Madeja” escrita por Sofía, el 12 de marzo de 1913.
En 1915 entrevista a Trostki en una exclusiva, colaborando, además del ABC, con La Época, El Liberal, El Imparcial de Madrid, así como la Revista Galicia, Gaceta Polska y New York Times. Sofía fallece el 16 de enero de 1958 en Poznan Polonia, se halla enterrada en el cementerio de Jean Marie Vianney de Poznan.
Sofía, regresa a España en 1919, siendo recibida en olor de multitud, en el Casino coruñés de Juan Flórez tendrá un gran homenaje y entre 1920 y 1930 vuelve en seis ocasiones más. Llegó a escribir más de 400 artículos y cuatro libros. En 1938 visita la Coruña, por última vez.
A su muerte se hallaba casi ciega, pero seguía escribiendo con la ayuda de sus nietos, a los que dictaba sus últimas notas, no pudo ver cumplido su sueño de acabar sus días en su Galicia natal. Pero dejó para las generaciones venideras, impresionantes documentos de sus vivencias en el transcurso de los grandes sucesos acaecidos y que ella supo narrar como nadie lo había hecho antes. Solo por esta circunstancia debiera tener un gran recuerdo en España y sobre todo en la tierra que le vio nacer, al igual que otras insignes figuras como Emilia Pardo Bazán o Concepción Arenal. Faltando en este cuadro Rosalía de Castro, cuyo monumento fue aprobado por el Municipio coruñés y nunca fue levantado y también honrar la memoria de esta gran mujer laboriosa. Cuya biografía es mucho mayor de lo aquí descrito.