A caballo entre Galicia y Francia, con la universidad y el Derecho de por medio y con una cierta pasión por la mitología y las leyendas gallegas pintando la historia. La primera novela de Jacobo Ríos, ‘De corazón galaico’ (Hércules de Ediciones), que acaba de publicar, bebe mucho de sí mismo.
Ríos se crió en A Coruña, pero acabó en Francia por estudios, primero con Erasmus y luego con una beca de la Fundación Barrié para hacer el máster de Derecho Internacional en La Sorbona. Eso le llevó a un contrato para hacer el doctorado, en cotutela con la Universidad de A Coruña.
El siguiente paso, profesor de Derecho, algo que “suele ser monopolio de los locales”, como refrenda que sea el único gallego titular de Derecho en las universidades galas. Ahora, además, es el decano de la facultad de Derecho de la Universidad de Perpignan.
Como personal universitario, “he escrito bastantes cosas de derecho, pero siempre me apeteció hacer algo de ficción”. Aunque la falta de una “idea concreta” fue retrasando el proyecto. Buscó cual podría ser el elemento diferenciador, “qué podría aportar yo para que tuviese algo original”.
Así que ahí volcó su interés por “el pasado legendario de Galicia”, sus conocimientos, como vecino, de Francia y Galicia y su conocimiento del ambiente universitario. Todo eso lo volcó en ‘De corazón galaico’, con personajes vinculados al ámbito universitario y con una historia a caballo entre Francia y Galicia, con ese leitmotiv legendario.
Uno de los elementos claves que introdujo en la trama fue el denominado como ‘Ciprianillo’. Un “libro que tiene muchas significaciones”, apunta Ríos, recordando que las copias que se dice que circulaban de él se centraban en él como “libro de hechizos”, pero que la leyenda hablaba de él como un libro de tesoros, unos 140, “vinculados a lugares de poder”, como dólmenes. En definitiva “una puerta a la Galicia más mítica, más legendaria”.
A todo esto le intentó dar también un estilo “moderno” y que “fuese dinámico”. Y lo hizo dejando las ganas de seguir al lector al final de cada capítulo, algo que resultó “sencillo”, al estar la obra cargada de “momentos de acción”, lo que permitió hacer ese tránsito “con naturalidad, solo hay que saber cortar en el momento adecuado”.
En el libro se deja entrever parte de la nostalgia por la Coruña, y la Galicia, en la que vivió el autor, a pesar de que mantiene el contacto con familia y amigos con sus frecuentes visitas. “Venir a Coruña es una maravilla”, apunta el profesor y escritor, porque los 1.200 kilómetros entre Perpignan y A Coruña son “como cambiar de mundo”.
“Para mí, Coruña lo tiene todo”, apunta Ríos, que añade que “estar lejos” puede ser un “pequeño problema”, pero también “un aliciente para seguir viniendo cuanto más mejor”. “Si no me hubiera ido a Francia, igual no era tan consciente de lo que tenemos aquí, hay cosas que se dan por descontado, la playa, el buen ambiente... pero basta ir fuera para ver la auténtica suerte que se tiene, que esto es un paraíso”.
Mientras, a pesar de que es su estreno literario, asegura que no descarta seguir. Aunque el segundo aún descansa en su cabeza.