En los inicios de 1930 La Coruña se iba desperezando paulatinamente de su largo letargo en el que se hallaba sumida desde el comienzo del siglo XX, la vida en esta ciudad era tranquila y placentera, no ofrecía grandes sobresaltos. Su economía se asentaba sobre tres grandes pilares internos, el primero, su actividad portuaria y todo lo que conlleva a su alrededor, el segundo, en la anticuada industria que aún permanecía en píe del pasado siglo XIX y el comercio en general, el tercero, la actividad militar generada por los cuarteles que estaban establecidos en el término, como colofón, su Capitanía general y la Audiencia provincial. Albergando a funcionarios, que percibían sus ingresos del Estado.
El pueblo y en particular las mujeres se dedicaban a las diferentes tareas de comercio, trabajos esporádicos y bastante paro en las zonas de los arrabales de la ciudad, aunque la mayor empresa que ofrecía colocación a las mujeres, era la Fábrica de Tabacos, cuya empresa había llegado a tener en el siglo XIX a 4.000 contratadas para efectuar las diversas labores que su funcionamiento requería.
El sábado 11 de Enero de 1930 se inaugura en el Cantón Pequeño la sede de la Agrupación Patriótica, en una ciudad que a pesar de ser pequeña no había problemas de espacio, la misma terminaba a la altura del camino Nuevo, espaldas al palacio de Justicia, aunque seguía en longitud hacia el barrio de Santa Lucía y Monelos, al tiempo que los técnicos en urbanismo estudiaban los proyectos de extensión de la ciudad y entre los mismos se barajaba el crear una ronda de circunvalación, que partiendo del puente del Pasaje, utilizando la vía que atraviesa Palavea, continuase por Elviña, Mesoiro, San José, aledaños de Bens y enlazar con el Monte de San Pedro. En su recién acabada carretera militar, la cual parte del nuevo estadio de Riazor. Sin lugar a dudas este era un ambicioso proyecto, como todos, necesitan su financiación y un orden político que en esos años, la ciudad al igual que el resto de España no tendrían.
Aquella ciudad la componían, Ciudad Alta, Pescadería y Ensanche. El resto, eran barriadas o núcleos rurales. En cuanto a los edificios, estos se alzaban por el camino Nuevo en dirección a Santa Lucía y a lo largo de Linares Rivas, hacia Fernández Latorre, Falperra y Cuesta de la Unión, uno de los barrios más populares de la ciudad. Donde se asentaban gentes de la mar, del comercio, trabajadores de tabacos y algunos intelectuales, aunque eran zonas consideradas humildes, pero con una economía que comenzaba a ser pujante y que sería finalmente el motor del desarrollo de la ciudad herculina, la misma ha crecido al amparo de su puerto y a medida que creció, también lo hizo la ciudad.
La Coruña era una sociedad que funcionaba y basada en su comercio interior, su producción apenas llegaba para autoabastecerse, importaba todo tipo de géneros para suministro, ahí se basaba la intensidad comercial. En marzo de 1930, se inaugura el nuevo edificio de la Cocina Económica, bajo la presidencia de Antonio Lens Viera, protector de esta obra benéfica. Se trataba de un amplio edificio de dos cuerpos y una hermosa fachada, la cual daba a la calle de Cordelería y levantada en sustitución de la que había anteriormente, mientras que la entrada a los comedores continuaría siendo por la calle Socorro, la principal, con acceso a los pisos superiores en donde se encuentran otros comedores, los donativos aportados por los coruñeses hacían realidad obras como esta, mientras tanto la inauguración del Observatorio Meteorológico a pesar de estar concluido seguía esperando a ser acondicionado.
La emigración en 1930 en lo que respecta a Galicia, abandonan la provincia coruñesa a través de su puerto 6.937 emigrantes, de Pontevedra, 6.404, por Orense, 5.754 y de Lugo 5.576, haciendo un total de 24.671 emigrados. Mientras del Estado en conjunto serían 41.563 emigrados, de los que el 60% eran de tierras gallegas, siendo los lugares elegidos. Argentina 16.429, Cuba 15.786, Brasil 3.228, USA 3.039, Uruguay 1.185 y México 681 emigrantes. Siendo la totalidad absorbida por estos países de 40.348 ciudadanos que abandonan sus hogares en busca de un futuro prometedor. En las travesías, habrían muerto unas 600 personas por enfermedad, la estadística refleja los motivos por los cuales abandonaban su entorno; por voluntad 21.465, falta de trabajo 16.706, enfermedad 1.531, indigencia 1.241, deber militar 390, rechazo 124, extradición 70, invalidez 28. Se trata de una estadística sobre la emigración transoceánica en España.
Los lugares de distracción que había en la ciudad eran múltiples, los cafés concierto eran legión y en la Rúa Alta se hallaba el café Azul, donde actuaban los artistas del momento. Los teatros de variedades eran a menudo salas de cine. Entre los acontecimientos más interesantes destaca la llegada del “DO X”, esto supuso que numerosas personas se agolpasen a lo largo de la bahía coruñesa para contemplar el amerizaje en aguas del puerto al hidroavión alemán.
Después de una semana de incertidumbre acerca de su venida, finalmente los coruñeses, pudieron contemplar aquella majestuosa nave, volar sobre el cielo coruñés, era el domingo 23 de Noviembre de 1930, en pleno veranillo de San Martiño, con un día soleado en otoño, cuando apenas un día antes había estado pasado por agua y el viento del día anterior se calmó, el cielo apareció despejado, se respiraba un ambiente festivo y excepcional.