El pasado 26 de enero se celebró el Día de la Educación Ambiental. Inmersos en la crisis climática y con los objetivos de desarrollo sostenible más presentes que nunca, el aprendizaje sobre el cuidado del medio ambiente y la concienciación ciudadana es uno de los retos sociales que se plantean para la prosperidad de la sociedad actual y futura.
A Coruña cuenta con una gran biodiversidad en zonas como el entorno de la Torre de Hércules. El Grupo Naturalista Hábitat apuesta por dar a conocer la gran riqueza natural de la ciudad y la importancia de combinar el urbanismo con zonas verdes de calidad, además de realizar una labor de sensibilización implícita en cada una de sus actividades.
Andrés Pereira, uno de los responsables de actividades del Grupo Naturalista Hábitat, destaca que hoy en día la información se encuentra al alcance y la mayoría de la gente está concienciada. No obstante, cree que el ritmo de vida, especialmente con la población concentrada fundamentalmente en las ciudades, impide en muchos casos el paso a la acción. Como ejemplo, a menudo el estrés y las prisas hacen que se recurra a la comida envasada en plásticos de un solo uso y otros productos con poca durabilidad.
En cierto modo, explica, a menudo “nos sobra teoría y nos falta práctica”. Pereira considera que sería importante que más personas, muchas de ellas sensibilizadas con el cuidado medioambiental, diesen un paso adelante y se animasen a participar en iniciativas como rutas para conocer la naturaleza o limpiezas de los entornos naturales. Según indican desde el Grupo Naturalista Hábitat, la educación ambiental no se limita a los educadores. Forma parte de la sociedad en el día a día y debe ir dirigida a todas las personas.
Opina que si los ciudadanos comienzan a demandar cambios reales que favorezcan la conservación del medio ambiente, las industrias tomarán nota y se adaptarán a las peticiones. En cuanto al consumo, se trata de “cubrir las necesidades actuales sin comprometer que las futuras generaciones puedan cubrir las suyas”.
Andrés Pereira afirma que otorgar el espacio que merece al medio ambiente mediante su cuidado, suele dar como resultado una mejor calidad de vida. Así, se debe dar protagonismo a las zonas verdes en las ciudades.
Esto repercute en una reducción del estrés y en un mayor bienestar. También contribuye a mejorar la calidad del aire y vivir en un entorno más saludable.