A pesar de que después de la llegada de los Reyes Magos aún quedarán dos días de licencia especial en lo que a horarios se refiere, la de esta noche será la última celebración masiva y diferente en los principales locales de ocio nocturno de la ciudad. Recuperados los viejos hábitos sin restricciones en Nochebuena y Fin de Año, dos fechas en las que se superaron las mejores expectativas, la cartelería promocional de los pubs y discotecas anuncia desde hace semanas otro despliegue para la víspera de Reyes. 

Promociones de entradas a precio especial con consumiciones, decoraciones temáticas o cierre con desayuno en forma de roscón son clásicos que se pierden en el recuerdo de hace tres años y que han vuelto para quedarse. Además, tanto en los establecimientos de la zona del Orzán, La Marina, el puerto o el recién llegado Cine París también se anuncian regalos y sorteos, sin más detalles para sorprender a los que quieran vivir la última gran cita de la Navidad. 

Tal y como sucedió en Halloween, la discoteca Pelícano, por ejemplo, incluye en su programación la Noche de Reyes con una animación especial, al estilo del Fin de Año universitario o la ambientación del Día de Muertos en Halloween. La entrada es de 8 euros mas gastos de distribución.

La fórmula elegida por otros pubs es la distribución de una papeleta por consumición y el reparto de premios con un sorteo a última hora de la noche. Amoa y Brétema, en el clásico local de ocio de la calle de Torreiro, han instado a participar mediante interacción en redes sociales. 

Menores en horario nocturno 
La sesión de tarde, el bautizo previo a los pubs y discotecas para muchas generaciones, ha dado paso a las denominadas sesión light: una fiesta de pago (en algún caso llegó a alcanzar los 80 euros en Navidad) para mayores de 15 y menores de 18 en la que no se dispensa alcohol. 

Sin embargo, tal y como reconocen algunos hosteleros, la prevención del interior de los locales no se corresponde con los hábitos de los adolescentes antes de llegar a la celebración: “Muchos son chicos de 17 años que vienen de hacer botellón fuera y, aunque nosotros retiramos todo el alcohol, ya llegan así. La ley que estableció Feijóo al llegar a la Xunta sacó a los jóvenes de la noche y los metió en los botellones”.
Tanto los adultos como aquellos a punto de serlo intentarán evitar el carbón al llegar a casa.