Sin apenas haberse dado cuenta, y entre tuit y tuit primero y reunión y reunión después, lo que en su día se llamó Revolución Vecinal es hoy una asociación al uso con un año de antigüedad. Es el efecto del buen de Monte Martelo, la agrupación que engloba los barrios de As Rañas, Someso, O Birloque, O Martinete, Cabana y San Cristóbal de As Viñas y que pasa por ser una de las más activas tanto en las redes sociales como en el cara a cara.
“Al final somos un barrio de barrios que acumula 30 años de inacción y ponerse al día es complicado”, reconoce Amar Basic, presidente de lo que muchos prefieren denominar grupo de amigos. “Poco a poco hemos conseguido poner nuestro barrio en el mapa primero, ahora se trata de ponerlo bonito para que sea de nuevo atractivo para nuevos vecinos, empresas y constructoras”, añade.
Algunas de sus campañas a través de las redes sociales se han vuelto virales, como el proyecto de Parque Ciudad o las denominadas torres Eiffel, en referencia a las torretas de baja, media y alta tensión que repartidas por todo el entorno. Y es a través de la gracia, la retranca, y también la insistencia, como han conseguido no solamente llegar a María Pita, sino también que María Pita llegue a ellos. “Salir de las reuniones con el Ayuntamiento y poder dar buenas noticias a los vecinos es lo mejor que nos ha pasado”, reconoce el presidente. “Conseguir que la alcaldesa y su equipo de Gobierno vinieran a recorrer cada esquina de esta zona después de tantos tiempo y tantos años sin ver a nadie del Ayuntamiento nos ha servido para conseguir implicación, voluntad, recuperar energía y positivismo”, prosigue.
Reconocen los vecinos que lo sencillo sería caer en la autocomplacencia y en el furor de la ola de positivismo. Sin embargo, después de abrazar el oficialismo y los cauces burocráticos, la asociación camina hacia una estabilidad y coherencia incluso en su discurso: “Al final somos un nexo entre vecinos y entidades que lo que puede hacer es dar a conocer una serie de necesidades o acelerar procesos, hay que ser conscientes de que no se puede atender todo al mismo tiempo y que todo tiene unos plazos y regulaciones que cumplir”.
Como no podía ser de otra forma, la asociación más joven y reciente del mapa de la ciudad lo celebró reunida, preparando escritos de protesta por el techo del complejo deportivo y con una foto en la que no faltó nadie, aunque fuera vía telemática.