A falta de pocos días para la noche más mágica del año, los Reyes Magos de Oriente aterrizaron en Alvedro en la tarde de este jueves. Allí, les esperaban más de medio centenar de niños que querían trasmitirles su lista de peticiones, aunque muchos de ellos ya les habían enviado también su carta. Nunca está de más recordárselo, aunque todos aquellos que no pudiesen asistir pueden estar tranquilos, ya que cabe recordar que con el envío de la misiva es suficiente. 

El aérodromo coruñés se convirtió en el epicentro de la ilusión, y los minutos previos a la llegada de Melchor, Gáspar y Baltasar se les hicieron eternos a los niños que pacientemente aguardaban la presencia de Sus Majestades de Oriente. En pequeños grupos de amigos o bien acompañados de padres o abuelos, todos buscaban el mejor lugar posible para estar lo más cerca posible de los tres grandes protagonistas de la tarde. 

Cada vez que se abrían las puertas o se producía algún movimiento, se hacía un silencio cargado de expectación. Hubo varios amagos y confusiones hasta que, por fin, tanta paciencia tuvo premio. Tras la tensa espera, llegó el momento más esperado. Melchor, Gaspar y Baltasar pisaron tierra coruñesa entre el júbilo y los gritos de unos niños que disfrutaban del momento a lo grande.

Más de uno se sorprendió de que los Reyes Magos hubiesen estado en el Palacio de María Pita durante varias horas del día y, además, también pudiesen aterrizar en Alvedro de manera simultánea. Una jornada verdaderamente maratoniana e imposible para el común de los mortales, pero no para Melchor, Gaspar y Baltasar, que para algo son magos. 

Sus Majestades tomaron buena nota de todas las peticiones para cumplir los deseos de los más pequeños de la casa. Ahora, ya solo quedar seguir portándose bien en estos últimos días antes de la noche de Reyes para que todos los regalos de la carta lleguen a su destino y no sea necesario tener que conformarse con el tan temido carbón.