Con dos ‘versiones de prueba’ y dos ediciones de facto, Noites na Cidade Vella afronta estas semanas su tercer año en diferentes espacios icónicos, que finalizará el próximo 12 de octubre.
 

“Estamos supercontentos de la respuesta del público”, asegura su director artístico, Rogelio Groba, quien pone sobre el papel que “es un ciclo dedicado a la música de cámara, a los grandes autores y también a la figura de Rogelio Groba Groba, como gran compositor que tenemos, nuestro Falla, nuestro Bartok, nuestra gran figura creativa de la música clásica en nuestra querida Galicia”.
 

Groba llama la atención sobre la necesidad, y la posibilidad que ofrece el ciclo, de llenar de música y actividad “esas joyitas que tenemos”. Se refiere así a la Fundación Luis Seoane, la iglesia de las Capuchinas, Santa Lucía o Dominicos, esta última, “con esa peculiaridad, esa torre girada en planta que es una peculiaridad que hace único al templo”. “Son espacios que debemos tener activos artísticamente en una ciudad como la nuestra, que debe ser punta de lanza en la cultura, siempre lo ha sido históricamente en Galicia”, asegura Groba.
 

El director apunta que llevan dos años “congratulándonos” de la existencia de un público que se acerca cada año “a la alta cultura”. “En el fondo, la alta cultura está para disfrutar, para hacernos más sensibles, pero para disfrutar, para sentir placer con las grandes obras recreadas en directo, que es algo maravilloso, es un auténtico regalo para los sentidos y para el espíritu artístico que anida en cada persona”.
 

A la hora de elegir una propuesta preferida en la programación de este año, Groba duda y nombra a artistas como Maude Gratton, Wu Han o David Finckel. “Todos están funcionando muy bien en su especifidad”, añade.

Cultura

Cuestionado sobre la razón por la que el público coruñés consume tanta música de cámara, sinfónica u ópera, Groba lo tiene claro y no duda: “Tiene tradición y cultura musical”.

“A Coruña, desde hace mucho tiempo, es una ciudad que ha sido siempre un reducto de cultura”. Históricamente, asegura que “hubo una burguesía culta que se acercó a la cultura, que creó un poso en la ciudad que tenemos que mantener”. Pero matiza que hay que hacerlo “con seriedad y buenos planes, y no caer en vender una ciudad para ocio de música fácil; tenemos que entender que existe música culta, cultura de teatro, cultura de bellas artes... A Coruña tiene que seguir siendo un faro y tenemos que tener modelos para poder hacerlo”. 

Por todo esto, Groba subraya que “es muy importante” citas como Noites na Cidade Vella. “Tenemos que tener un modelo que nos coloque en posiciones de salida en las grandes ciudades culturales españolas, ese es el objetivo, que seamos serios a la hora de definir cuáles son nuestros modelos para seguir manteniendo una ciudad que es puntera en Galicia, que tiene que ser cada vez más puntera, no podemos dejar de ser ambiciosos, pero tenemos que lograr que sea una referencia cada vez mayor”.

Groba reincide en compaginar ese ocio de música fácil, con el apoyo e impulso al resto de la cultura. “Cualquier persona quiere que sus hijos tengan conocimiento de quién era Ramón María del Valle Inclán, Concepción Arenal o Juana de Vega, que fue la sponsor de Pablo de Sarasate, el gran virtuoso”, apunta.  “No podemos caer en sistemas prosaicos, es la idea que yo tengo para una ciudad que pretende seguir siendo luz en una Galicia a veces demasiado minifundista”.