Había ganas, y muchas, de San Juan. La popularmente conocida como noche más corta del año, con permiso del solsticio de verano, resultó ser la más larga y productiva para buena parte de A Coruña. Ese es el sentir de las asociaciones que se encargaron de dar servicio y avituallamiento a los cientos de miles de personas que no solamente abarrotaron el arenal, sino prácticamente todos y cada uno de los locales . “Como todos los años, es una fiesta muy importante para hostelería. Lo bueno que tiene es que llega a todos y cada uno de los puntos de la ciudad, todo el mundo trabaja muy bien, es quizás el día más fuerte del año”, afirma Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña.
El sector aplicó por primera vez el suplemento especial de 2,25 euros
Por otra parte, después de ver ampliado su permiso especial para la hora de cierre, los hosteleros rompen esta vez una lanza a favor del Ayuntamiento. “La colaboración del Ayuntamiento fue máxima, solo podemos decir que se portó muy bien e hizo que la fiesta pudiese llevarse a las calles”, explica.
El ocio nocturno, que fue sector más castigado y con más restricciones durante la pandemia, por fin pudo disfrutar de una noche como las que ya no recordaba. Fue, para muchos, una especie de recompensa por por el reciente Fin de Año perdido.
“Llega a todos los puntos de la ciudad”, dice Héctor Cañete, de Hostelería
Más allá del horario de la hostelería y cuando las hogueras empezaron a convertirse en brasas tomó el relevo la noche. Los pubs y discotecas, que tenían permiso hasta las ocho y media de la mañana, no solamente superaron sus expectativas, tal y como reconoce Luis Diz, presidente de Galicia de Noite, sino que incluso se vieron desbordados: “Trabajamos muchísimo mejor de lo esperado, Nos cogió incluso fuera de juego en cuanto a personal, pero es que el histórico de otros años era desastroso”. El mejor reflejo de esa normalidad recuperada e incluso superado fue la apertura, por primera vez en la noche meiga, de la sala Pelícano. “Fue el primer San Juan que lo abrimos y funcionó espectacular, con más de 2.000 personas; os sorprendió que a las tres de la mañana todos los locales estaban llenos e incluso tuvimos que cortar el acceso al centro comercial”, confiesa Diz, que cree la playa se quedó con un público diferente. “Era gente muy joven o de fuera. Llevábamos dos años sin poder disfrutar la fiesta y esta generación que ahora tiene veinte años ya tiene otros hábitos”, subraya
La Asociación para la igualdad pide que a partir de ahora pare la “caza de brujas”
Algo más pesimista se muestra el portavoz de la nueva asociación de hostelería “para la defensa y la igualdad”, José López Balado ‘Xexu’. “Todo es relativo, no se puede comparar con estos dos años horribles, porque entonces y gracias a la ampliación de horario, sí ha sido la mejor noche del año. En Fin de Año no nos dejaron abrir, con unas ayudas que aún no ha cobrado nadie y con un mogollón de trabas para hacerlo”, dice. “De cara a lo que queda de año, con la caza de brujas por parte del Ayuntamiento con la presión en los controles, el hostelero estará más pendiente de la policía que de poder trabajar, no pinta bien”, finaliza sobre el escenario a medio plazo.