Los últimos cuatro años se han caracterizado, entre otras cosas, por una política acelerada de peatonalización: se han cerrado al tráfico algunas calles y se han eliminado plazas de aparcamiento. Es por eso que la apertura del párking de San Pedro de Visma, junto al parque de Adolfo Suárez, supone un hito: las 229 plazas que ofrece son la mayor bolsa de aparcamiento que se ha generado en este mandato.
Aunque es pública y gratuita, esta nueva infraestructura está pensada para los usuarios de las instalaciones deportivas de Visma, el centro social de Padre Rubinos, el propio parque y el Colegio Calasancias. Esto último evitará que la carretera de Los Fuertes se congestione en las horas de entrada y salida de los estudiantes. Pero también evitará que se congestionen las calles aledañas al estadio de Riazor cuando se celebra un partido. Este proyecto costó 535.000 euros que fueron abonados casi en su totalidad por la Fundación Amancio Ortega.
Al mismo tiempo, ayer se abría al tráfico la calle de Fernández Latorre, después de unas obras que han durado varios meses y que han supuesto la eliminación de docenas de plazas. Otro tanto ocurre con la calle de Ramón Cabanillas, en Os Mallos, que también ha obligado a eliminar más de cincuenta plazas. La Concejalía de Movilidad trata de compensar este problema como puede, normalmente reordenando el estacionamiento en batería, como en la avenida de Os Mallos, en este caso.
Pero en otros simplemente no es posible. Es lo que ocurrió en el caso del Paseo Marítimo a la altura de As Ánimas, donde han desaparecido nada menos que 200 plazas. Aunque fuentes municipales aseguran que la mayoría se repondrán, sigue siendo una gran pérdida de plazas en una zona como la de Monte Alto, donde pocos edificios cuentan con garaje comunitario.
Este mismo problema ocurre en otros barrios de la ciudad. Según datos extraídos de las estadísticas municipales, cerca del 89% de los coches de la ciudad duermen en la calle. En A Coruña están registrados cerca de 143.237 vehículos, que suponen el 82% del parque móvil de la ciudad, puesto que hay que añadir motocicletas, furgonetas, etc. Hay que decir que es un número que ha ido creciendo levemente en los últimos años, incluso durante la pandemia. El resultado es que la tasa de plazas de aparcamiento por cada cien turismos no ha dejado de caer en los últimos años, aunque de forma leve.
Tampoco se crean aparcamiento disuasorios, que podrían reducir el número de vehículos que entran cada día en la ciudad (Alfonso Molina tiene una intensidad de 120.000 trayectos diarios de media). Lo más parecido que se ha construido en los últimos diez años es el aparcamiento de Lonzas, con 176 plazas, y aunque existe un plan para crear estacionamientos en la periferia de la ciudad, por el momento no se han materializado.
Mientras tanto, la Concejalía de Movilidad estudia expandir la zona azul de la ORA más allá del límite de la ronda de Nelle. En realidad, se trata de expandir la zona verde, a petición de los vecinos, pero esto obligaría también a extender al zona de pago.