Ayer se inauguraba el nuevo sistema de proyección del Planetario, pero, de algún modo, también se decía adiós a Suso Prado, planetarista desde finales de los años 80, que se jubilará próximamente.
Tras media vida trabajando en el Planetario, sumado al tiempo que ya había trabajado con niños anteriormente, Prado asegura que es una profesión “bonita” y que lo que más ilusión “che fai é os nenos e o agradecido que é esto, porque todo o mundo sale agradecido de aquí, todo o mundo sale faládoche ben e con aplausos”. “Ás veces, coincídeche xente con présea e non che aplauden e xa parece que o fixeches mal, e iso pasa incluso despois de 38 anos”.
Asegura que le da “pena” tener que dejarlo ahora que hay una nueva herramienta, “esto que acabamos de ver non se podía facer cando empezamos”. Echará de menos, dice, “traballar con rapaces, levantarse pola mañá e sentir un bullicio así de nenos, aínda que veñas triste, alégrante”. Ahora que tiene más tiempo, asegura entre risas que le gustaría visitar el Planetario, “e se me ven o sono, quedar durmido e que non me importe”.