El director de la Compañía de Tranvías, Ignacio Prada, visitó esta semana la Cámara de Comercio para participar en unas jornadas sobre movilidad eléctrica. En ella señaló que, tras las últimas pruebas que ha realizado su compañía con autobuses eléctricos, “los números ya empiezan a dar para incorporar el autobús eléctrico” por primera vez.

Con la concesión a punto de acabarse, el nuevo pliego de condiciones incluirá sin duda autobuses eléctricos. Prada señaló que por primera vez, los autobuses que funcionan con motores eléctricos tienen autonomía suficiente para aguantar las 16 horas de servicio que se realizan diariamente. “En la línea 24 es la que más sufre, porque es larga y hay que subir hasta A Zapateira”, comentó el director de Tranvías. En cambio en el entorno urbano, donde se frena constantemente, se recarga la batería y esta dura más.

“A pesar de todo, nunca hemos llegado a agotar la batería, y eso está pensando para prolongar su vida útil”, señaló Prada. A medida que pasa el tiempo (unos diez años), la batería se vicia, y sustituirla cuesta 200.000 euros, tanto como comprar un autobús nuevo. Es el doble que uno diésel. 

Por supuesto, como director de una empresa, los números a los que se refería Prada eran fundamentalmente económicos. “No me gusta contar con las ayudas, porque ahora están y mañana no. Hace quince años hubo presión para que nos pasáramos al gas y nos negamos. Hicimos bien, porque ahora tienen problemas en otras ciudades”, explicó.