Los vecinos de As Xubias de Arriba llevan más de un año sufriendo las molestias que les provocan una pareja de okupas que viven en un edificio ruinoso situado en el número 22. Se trata de un edificio de un par de plantas, de más de cien años de antigüedad, y en muy mal estado, pero los okupas se han instalado en él y molestan a los vecinos, llegando incluso a agredir a una de ellas en dos ocasiones.
Aunque la mujer no ha sufrido heridas de consideración, esto ha generado inquietud en el vecindario, normalmente muy tranquilo. La Policía Nacional está informada de ello, y se han presentado denuncias pero, por el momento, no ha habido ningún cambio. Los vecinos reconocen que a menudo acude a la zona un coche patrulla, pero “solo lo hacen para comprobar que el okupa se encuentra allí”. El edificio se encuentra justo frente a la antigua discoteca Pachá, que a día de hoy es propiedad del fondo de inversión Ginkgo, como varios inmuebles más en esa misma calle, que lucen una pegatina en la que se informa que el edificio cuenta con vigilancia privada.
Sin embargo, el número 22 de as Xubias no goza de la misma protección. “Es peligroso, está en muy mal estado –aseguran los vecinos–. Por la parte de atrás está todo destruido. Pero los okupas se niegan a abandonar su refugio, por precario que sea. Llevan más de un año viviendo en él y cuentan con electricidad, que roban de una obra hacia la que tienden una cable con una regleta que cuelga de la fachada.
“Les vemos poniéndolo todos los días”, comentan las fuentes vecinales. Esta clase de enganches es habitual en los inmuebles okupados, y supone un peligro real, porque puede generar cortocircuitos que causan incendios. En edificios antiguos, con estructuras de madera, esto puede derivar en un incendio grave, que podría dañar los edificios colindantes. Sin embargo, la propietaria del inmueble no ha tomado ninguna medida para expulsar a los okupas y, al tratarse de una propiedad privada, las autoridades no pueden actuar de oficio. Es por eso que la situación se ha dilatado tanto tiempo.
Tampoco hay que olvidar que en As Xubias de Abaixo los vecinos denunciaron hace quince días robos y allanamientos en viviendas unifamiliares que están vacías, aunque no un intento de okupación. También han sufrido vandalismo, con pintadas cubriendo sus paredes, en incidentes que puede que no estén relacionados entre sí.
En enero, un hombre presuntamente fuera de sí trató de entrar en dos casas. Lo consiguió al segundo intento y comenzó arrojar objetos al exterior. La Policía Local envió dos coches patrulla y consiguió reducirlo, tras lo que puso un precinto en una ventana que había roto, que no disuade a los vándalos.