Dos décadas después, O Castrillón sí puede decir que disfruta del centro deportivo en todo su esplendor. En realidad, fue el pasado 15 de diciembre cuando sus puertas abrieron de forma oficial, aunque algunas pequeñas incomodidades propias de los inicios provocaron el recelo de unos residentes ansiosos y que acudieron en masa hasta superar el millar de inscripciones prácticamente antes del fin de las obras.
Los vecinos detectaron problemas con la temperatura del agua, los chorros del hidromasaje y la puesta a punto de alguna máquina del gimnasio. Todo ello ha sido solucionado y ahora dan por completado todo el proceso, según explica el presidente de la asociación de O Castrillón-Urbanización Soto Iar, Ramiro Otero: “Nosotros lo que hacíamos era trasladar las cositas que nos iba diciendo la gente, así que ahora hay que decir está solucionado el tema del agua, se van reponiendo las cosas que faltaban y todo está funcionando como debe”
A pesar de que han sido más de veinte años de espera y de una paciencia a prueba de incumplimientos y aplazamientos, el presidente de los vecinos de O Castrillón no suscribe de momento la palabra satisfacción y promete ser vigilante con el día a día del que es un objetivo cumplido. “Vamos con tranquilidad, no queremos usar la palabra satisfechos todavía”, subraya.
El centro deportivo cuenta con casi 2.000 inscritos y también la actualización del sistema de registro y tornos era otro de los aspectos sobre los que los vecinos pedían celeridad. Incluso ese particular ha sido atendido.
Actuación en el barrio
Aunque no tiene nada que ver con las instalaciones deportivas, la zona del complejo también centra otra de las preocupaciones vecinales. Se trata concretamente de unas viviendas que se sitúan en la misma calle que el pabellón y cuyo estado es una amenaza para la seguridad. “Hay que tirar esas casas, se hizo con dos o tres, pero queda una que en verano ya registró problema de incendios”, explica Ramiro Otero. “Hay que tomar la decisión y obligar a los propietarios”, añade.
El hedor motivado por la acumulación de basura en el inmueble es otro problema recurrente, al que los vecinos desean poner solución antes de que empiecen a aumentar las temperaturas. “Hay una persona que tiene un problema de acumulación de basura y ahora en invierno no se nota tanto, pero en verano es bastante peor”, lamenta el dirigente vecinal.
La Asociación de Vecinos Castrillón-Urbanización Soto Iar ha solicitado una reunión con el Ayuntamiento para exponer la necesidad de actuación en las casas y respecto a la basura.