Los vecinos de Os Mallos se reúnen con la Policía, pero reina el pesimismo

Los vecinos de Os Mallos se reúnen con la Policía, pero reina el pesimismo
La acera del número 137 de la ronda de Outeiro | quintana

Los vecinos de Os Mallos han trasladado a la Policía Nacional la problemática diaria que se vive en la ronda de Outeiro, a la altura del número 137. Escándalo nocturno, peleas, aglomeraciones y acumulación de suciedad, entre otros factores, han vuelto a reactivar la tensión en el barrio. Varios representantes vecinales se reunieron ayer con tres integrantes de la Delegación de Participación Ciudadana de la Policía Nacional, un encuentro que, si bien sirvió para exponer las vivencias de los residentes, finalizó con pesimismo por parte de los mismos. En la reunión se compartieron puntos de vista de propietarios de edificios contiguos al señalado como conflictivo, así como comerciantes y hosteleros de la zona. Todos ellos coinciden al asegurar que desde este edificio se tiran objetos por las ventanas y, lo más preocupante, podría existir el tráfico de drogas.


“Hay numerosos testimonios de vecinos que han sido testigos de cómo desde este edificio se vigila a dos comercios que están enfrente para, aprovechando los despistes de los trabajadores, entrar a robar mercancía y luego venderla en la propia acera”, dice uno de los participantes en la reunión. Si bien estos hechos tendrán que ser confirmados por la propia Policía, el asunto es “más complejo de lo que parecía en un principio”, adelanta uno de los portavoces de los residentes.


“Nos han recibido y por eso estamos contentos, además de que hemos percibido ganas de encontrar una solución, pero hay un problema, y es que solo por el hecho de estar en la acera, no hay ilegalidad. Pero claro, sabemos que cuando hay estas reuniones, la cosa acaba como acaba. Nos instaron a llamar para denunciar cualquier hecho que parezca sospechoso de delito, pero no se pueden saltar los límites de la legalidad y es algo que hay que tener en cuenta”, expone este vecino.


Esta situación, sin embargo, es incluso más compleja para los habitantes de Os Mallos. Un propietario de un edificio cercano al número 137, y que acaba de reformar su inmueble para alquilar, ha perdido ya a tres inquilinos “que se marchan porque tienen miedo”; los comercios y establecimientos hosteleros próximos ven cómo la gente prefiere no pasar por este lado de la calle; y la salida del aparcamiento del barrio amanece diariamente con gran acumulación de basura.  


Desde Participación Ciudadana buscaron lanzar un mensaje de tranquilidad y apoyo al comprometerse a aumentar la vigilancia en esta zona y estar más encima para ponerle fin a cualquier tendencia delictiva, pero, aún así, los vecinos de Os Mallos pedirán un encuentro con el Gobierno local con el objetivo de contar con toda la ayuda posible.

 

 

Locales sospechosos


Además del inmueble, gestionado por Servicios Sociales, los residentes señalan como puntos problemáticos dos locutorios, donde “la gente compra las bebidas y se pasan en el exterior hasta altas horas de la madrugada haciendo ruido, molestando y ensuciando”.


El presidente de Distrito Mallos, José Salgado, que gestiona el aparcamiento de la ronda de Outeiro, explicaba hace días que los trabajadores del mismo están “realmente asustados”, ya que se trata de individuos “violentos” que se “meten con la gente”, y añadió que “no hay día que no tenga que recoger sus excrementos de la salida del parking”. 

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