En la que se puede considerar la nave nodriza de Viñetas desde o Atlántico, el Kiosco Alfonso, se dispone este año ‘Mujercitas del mundo entero, uníos’. Una muestra que rescata las figuras de mujeres creadoras de historietas desde los años 60 y que, al mismo tiempo, sirve de viaje en el tiempo por el cómic español desde la Transición hasta la actualidad.
Sus comisarios, Guillermo Cobo, Raquel Jimeno y Alberto Medina, parten de los años 60 y las creaciones más cliché y estereotipadas, “muy destinado a que las niñas tenían que buscar novio”, al aperturismo tras el franquismo y las creaciones de autoras actuales, como Rosa Codina, Aroha Travé, Natalia Velarde o Yeyei Gómez, que bebieron de sus predecesoras, pero con estilos dispares.
En las dos estancias de la planta baja se hace una suerte de recorrido por esas creadoras que marcaron el camino a seguir. Es el caso de Nuria Pompeia, de la que los comisarios destacan que es una de las autoras de la época “que más proyección tuvo fuera”, junto a Marika Vila. Sus contenidos eran “muy avanzados” e incluso “críticos” para la época. Fue precisamente una de sus publicaciones, 'Mujercitas', la que inspira el nombre de la muestra.
Montse Clavé, entre otras cosas, ilustró “por primera vez” aspectos como la sexualidad lésbica, ya en el año 78; mientras que Isa Feu formó parte de alguno de los colectivos pioneros del underground como El Rollo. Se recorre la presencia de Mariel Soria en 'El jueves' o los trabajos de Sara Presutto.
Se trata también a algunas autoras que incluso están estos días en la ciudad, como Laura Pérez Vernetti. Creadoras como ella llegaron a usar pseudónimo (Maracaibo, en su caso), aunque no era la norma, explican los comisarios, que detallan que algunas mujeres sí que tenían que usarlo para publicar ciertas creaciones.
Las primeras de ellas eran autodidactas y encontraron en los cómics, indica Jimeno, "una forma de ganarse la vida, empezaron a tener un medio y a tomar conciencia de la profesión". Pero, a partir de los 80, la situación cambia y las creadoras ya se internaban en estudios en Bellas Artes.
"Gracias al trabajo casi subterraneo de todas estas autoras, ha habido referentes para que en la actualidad puedan trabajar desde una posición más empoderada", indica Medina.