La Reserva de Biosfera Mariñas Coruñesas da un paso más en su proyecto de recuperación de áreas con residuos abandonados en su litoral. Fruto del estudio realizado en la ría de Betanzos, en colaboración con la Fundación Juana de Vega, se identificaron 46 residuos, especialmente de embarcaciones en ruina, y ahora la Reserva ha seleccionado uno de ellos para llevar a cabo un primer proyecto piloto que lo reconvierta en el futuro en “barco fantasma” como juego infantil tematizado con información para sensibilizar de una manera lúdica a la sociedad y a los más jóvenes sobre la problemática de abandonar antiguos barcos en la ría.
El barco abandonado elegido para la actuación tiene 6,5 metros de eslora y 2 metros de manga. Por su morfología y estado, el estudio concluyó que es viable su rehabilitación integral.
El residuo se ubica bajo el viaducto de la autopista AP-9, en la ribera de Paderne. Para retirarlo, se requiere un equipo de buceo, globos de elevación, una embarcación de remolque y un camión con grúa. Se seguirán todas las medidas precisas para evitar afecciones al ecosistema marino y no remover los lodos del fondo marino.
El reconvertido banco fantasma, una vez restaurado, se instalará en una zona, pendiente de definir, en el ámbito de la desembocadura del río Mandeo, aplicando criterios de integración paisajística y ambiental, señalan desde la Resrva.
Además de la retirada de la embarcación, se incluye la elaboración de la diferente documentación para la tramitación de los diferentes informes sectoriales pertinentes y la confección del inventario de otros residuos que no puedan ser utilizados en la creación del “barco fantasma” para su correcta gestión medioambiental.
La entidad saca a licitación los trabajos necesarios para esta primera actuación, con un importe de 20.787 euros. El plazo de ejecución será de seis meses desde la firma del contrato.
Se trata de una acción incluida en el Plan de Sostenibilidad Turística de la Reserva de Biosfera, dotado de fondos Next Generation.
El presidente, José Antonio Santiso, apunta que poner en valor el litoral, y en concreto la ría de Betanzos, es “fundamental para animar o ecoturismo e apoiar o desenvolvemento económico do territorio”. Santiso señala que este proyecto piloto “servirá de exemplo” para conferir “unha segunda vida a un refugallo” y puede marcar el camino para actuar en el futuro.
Es necesario mejorar el estado medioambiental de espacios degradados en la ría, abordar la problemática del abandono de residuos (antiguos barcos) en este espacio natural protegido, así como sensibilizar a la sociedad sobre esta problemática, para mejorar el estado natural de un espacio que debe ser en el futuro un recurso “estrella” del ecoturismo náutico en el territorio, señalan.
El estudio previo para encontrar el objeto adecuado consistió en un trabajo exhaustivo de campo para localizar y catalogar los residuos del estuario, en un territorio que comprende los municipios de Betanzos, Coirós, Paderne, Bergondo, Miño y Sada en la ría de Betanzos. Estos residuos son principalmente barcos abandonados que perjudican al ecosistema.
En total, se identificaron 46 residuos de este tipo en 16 áreas de la ría. En seis de ellas se considera que la prioridad de intervención es alta o muy alta.
El 54% de los residuos son barcos abandonados no biodegradables, por lo que requiere una retirada completa. El 24% son pecios integrados como refugios de biodiversidad, por lo que les correspondería una revisión y sólo la retirada de los elementos que sean potencialmente contaminantes, manteniendo así el casco de madera.
De cada residuo, la Reserva dispone ahora de una ficha con su tipología, edad estimada, material, tamaño, el impacto que supone, o la prioridad que tiene su retirada. Se incluyó la georreferenciación, un banco fotográfico y la definición del procedimiento administrativo que es preciso llevar de acuerdo con la legislación.
Para llevar a cabo los trabajos de identificación y georreferenciación se emplearon drones y también el catamarán eléctrico de la Reserva.
Esta actuación nació del Foro de la Ría de Betanzos que realizó la Reserva de Biosfera hace unos años, con la participación de los colectivos y administraciones implicadas en el día a día del estuario. Los agentes trasladaron su preocupación por la existencia de estos residuos y sus efectos.