La intervención iniciada por el Ayuntamiento de Betanzos en el parque de Pablo Iglesias está causando cierto malestar entre los vecinos que, si bien admiten la necesidad de actuar en este espacio, el área verde más amplia de la ciudad, discrepan de la de cortar árboles, pues estos son escasos en Betanzos. Así, el BNG pedirá explicaciones “pola tala masiva de árbores que se efectuou nos días previos”, en tanto se anunció “o comezo duns labores de mellora no parque que incluían a plantación de 28 novas especies, mais en ningún momento comunicou que fose levar a cabo unha tala masiva de árbores”, apuntó su portavoz, Amelia Sánchez.
En este sentido, los nacionalistas alertan de que, tras “consultar a un especialista” en la materia, “as plantas eliminadas, arredor dunha ducia, non presentaban problemas de saúde que non puidesen ser solucionados cos tratamentos axeitados e, mesmo, se eliminaran árbores en flor”, cuando un ejemplar en floración “é unha planta que está en perfecto estado de saúde”, añadió, citando a los expertos, la representante del BNG, que pedirá los informes técnicos que amparan lo que los nacionalistas consideran “unha auténtica desfeita” que afecta “ao pulmón verde” de Betanzos.
También el PP se comprometió “a pedir los informes sobre las actuaciones que se lleva a cabo en este espacio público”, indicó su portavoz, Cecilia Vázquez, que aseguró que, según la información de la que dispone, la intervención la está acometiendo una empresa especializada “y lo lógico es pensar que esté actuando de acuerdo a criterios técnicos”, aunque los responsables municipales “nos tienen desgraciadamente en tensión constante por sus disparates”, dijo Vázquez.
Desde el Gobierno de Barral, el edil Diego Fernández señaló que las actuaciones siguen lo marcado en el ‘Proyecto de Renovación del Parque Urbano Pablo Iglesias’, que “también se le entregó al BNG” y que en un anexo, analiza la situación actual de la arboleda y apunta a que “la vegetación en los parterres es abundante y muy diversa y no parece responder a un diseño previo”, con más de un centenar de coníferas, una veintena de palmáceas y “casi 300 ejemplares entre árboles frondosos y arbustos”, con “individuos cuyo estado puede considerarse peligroso para la seguridad y otros que necesitan una poda de reestructuración para facilitar un crecimiento más armonioso”, recoge el estudio en el que se apoya la propuesta de Betanzos.
En cuanto a las soluciones, los autores anotan una decena de actuaciones, de las que dos se refieren a la arboleda y que pasan por su saneamiento y plantación de nuevos ejemplares: 28. El mismo número al que apuntó el BNG.
Así, señala que “se talarán los árboles muertos, que presenten un deficiente estado fitosanitario o que tengan un grado de inclinación que supongan riesgo de caída o fractura”, e incide en que es un técnico arborista quien se encarga de “marcar in situ los individuos que deben ser retirados y el procedimiento a seguir contemplando todas las medidas de seguridad según norma”, recoge el Proyecto del Pablo Iglesias.
En cuanto a aquellos otros “que han visto condicionado su crecimiento por la agrupación con otros individuos”, la opción es “llevar a cabo una poda de restauración, reformando la copa acorde con la nueva situación”, recoge el documento, de 2020.