La sección segunda de la Audiencia Provincial acogió ayer una sesión del juicio al joven boliviano al que acusan de atropellar de forma intencionada a tres jóvenes marroquíes con el resultado de muerte para uno de ellos, por lo que la Fiscalía solicita 49 años de cárcel. Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 27 al 28 de octubre. El acusado había mantenido una discusión con ellos poco antes, en un pub del Orzán y al distinguirles cruzando el Paseo Marítimo, invadió el carril contrario, llevándoselos por delante para saldar cuentas. Ayer declaró un agente de la Policía Nacional que participó en el caso y que recordó el testimonio incriminatorio del boliviano: “Fui yo, fui yo. Vi la oportunidad y fui a por ellos”. El agente asegura, nunca se mostró arrepentido de lo ocurrido
También declararon los amigos de la víctima, quienes también se mostraron seguros de que el procesado quería matarles: “Vino a por nosotros”. Por el contrario, el primo del acusado, que viajaba con él en el coche cuando tuvo lugar el atropello, alegó que “solo quería darles un susto, pero no pudo controlar el coche”. Por otro lado, el acusado conducía bajo los efectos del alcohol, pero los policías niegan que mermara su capacidad de raciocinio. .
A 90 kilómetros por hora
Por eso, la Fiscalía pide 25 años de prisión por un asesinato consumado y otros 24 por sendos intentos de asesinato. El Ministerio Fiscal considera que el encausado había visto cómo los tres marroquíes cruzaban andando el Paseo Marítimo y “con voluntad inequívoca de causar la muerte de todos los que pudiera de ellos”, se internó en el segundo carril en sentido contrario a unos 90 kilómetros por hora atropellando a dos de ellos y fugándose a toda velocidad, siendo detenido pocos minutos después.
El encausado había salido de fiesta con tres amigos. Tomaron alcohol en un pub del Orzán, “que no afectó a la capacidad psicofísica del acusado”. En algún momento de la noche, una de las acompañantes femeninas del acusado inició una pelea con una exnovia del mismo acusado, iniciándose una pequeña pelea entre el grupo del acusado y el formado por los marroquíes.
Fueron expulsados del local y parece que mantuvieron una trifulca en el exterior, en la que el boliviano recibió algún golpe de los marroquíes. A pesar de todo, la noche podía haber acabado así, pero el acusado cogió su coche, que había estacionado en el aparcamiento subterráneo del Paseo Marítimo, y salió al exterior. Fue entonces, cuando ya se estaban marchando en coche, cuando el acusado descubrió a las víctimas y “por voluntad exclusiva suya”, dio la vuelta en la siguiente rotonda para volver a su encuentro y las arrolló.
Dos de los jóvenes resultaron heridos y el tercero, alcanzado de lleno, murió 45 minutos después. Poco después, el joven era detenido a la altura de la estación de San Cristóbal.