El pasado 17 de abril se cumplieron 25 años desde que el Ministerio de Defensa cediera al Ayuntamiento de Arteixo el parque forestal de Monticaño, una extensión de 70.000 metros cuadrados que se ha convertido en un referente de los programas sociales en el municipio y que constituye un pulmón verde a pocos kilómetros de la vorágine industrial del polígono de Sabón. Un oasis de tranquilidad con zonas recreativas, unas vistas privilegiadas y muy cerca de A Coruña.
Fue en 1999 cuando los ministros de Sanidad y Defensa en aquel entonces, José Manuel Romay Beccaría y Eduardo Serra, acompañados del general jefe de la Región Militar Noroeste, Luis Martínez Coll, presidieron la firma de cesión de los terrenos, “una antigua batería de Costa” –según podía leerse en El Ideal Gallego del 18 de abril de 1999–, “por parte del Ministerio de Defensa al Ayuntamiento de Arteixo”, institución que en ese momento encabezaba el alcalde del municipio, Manuel Pose Miñones.
Eduardo Serra indicaba que el acuerdo fue posible por dos causas: “Por un lado, el cambio de necesidades, ahora que ya no es preciso, por fortuna, proteger la costa ante la desaparición de los riesgos existentes en otros tiempos. Por otro, la mediación del ministro de Sanidad, que fue el que puso de manifiesto la posibilidad de cambiar el uso de la parcela”, señalaba.
Desde noviembre de 2016 la empresa Emprego Social SLU, dependiente de la Asociación Pro Enfermos Mentales (APEM), gestiona el servicio de limpieza del parque. El acuerdo en aquel entonces obligaba a Emprego Social a mantener una estructura y organización ajustada a cualquier empresa ordinaria y el 70% o más de sus trabajadores debían ser personas con un grado de diversidad funcional mayor o igual al 33%. Además tenía que reinvertir los posibles beneficios en el propio centro o en otros que carezcan de ánimo de lucro.
Desde hace años este servicio de jardinería y adecentamiento de Monticaño sale a concurso público y este 2024 saldrá de nuevo, explica el gerente de Emprego Social, Felipe Ovalle, quien añade que actualmente en el parque forestal trabajan ocho personas. Son, concretamente, seis operarios con algún tipo de discapacidad física o psíquica –hay varios que sufren enfermedades mentales y, de hecho, son usuarios de APEM– y dos encargados.
“Además de la limpieza de Monticaño también ofrecemos al Ayuntamiento talleres de formación en jardinería e inserción laboral para vecinos con discapacidad”, apunta Ovalle, que ensalza este tipo de iniciativas por parte de Arteixo para favorecer la integración de las personas afectadas con alguna enfermedad.
Monticaño estrenará próximamente un espacio de 12.500 metros cuadrados para fomentar los cultivos sostenibles y las buenas prácticas ambientales. Las instalaciones de la denominada ‘escuela ecológica’ ya están finalizadas y contarán con invernaderos y huertos al aire libre.
“Es una de las grandes zonas de ocio verde en Arteixo y cumple otras funciones como albergar un proyecto de trabajo social tan importante como el que desarrolla APEM. Además, espero que la nueva escuela de agricultura ecológica sirva para reforzar el sector agrícola en el municipio”, dice el alcalde, Carlos Calvelo.