Con los villancicos ya establecidos en modo repetición en la cabeza, ayer se celebró en María Pita el clásico brindis navideño. Un brindis cargado de simbolismo futbolístico, ya que Rey quiso poner sobre la mesa la importancia y el honor de que A Coruña repita como sede mundialista y reafirmó la identidad herculina como urbe “pequena no formal, cidade moi grande na vocación”.