La guerra cambia de escenario, pero aún no está acabada

La guerra cambia de escenario, pero aún no está acabada
Soldados ucranianos transportando material | EFE

Putin, en su conversación telefónica con Macron, aseguró que daría orden de que no se atacaran objetivos civiles en Ucrania. Lo dijo tras varios días de bombardeos lo que, de facto, significa reconocer que se han estado atacando ese tipo de objetivos. Y, pese a su afirmación al presidente francés, su ejército lo sigue haciendo. Y lo hace porque resulta imposible desarrollar una guerra de invasión aséptica, en la que solo mueran uniformados. Rusia ha decidido liberar todo su potencial militar contra la capital ucraniana y Kiev caerá porque, hoy por hoy, son muy pocos los que pueden hacer frente al potencial militar ruso. Eso sí. Ni Putin ni nadie se pueden confundir. El hecho de que tomen la capital no quiere decir que hayan ganado la guerra, solo que cambiará el tablero de juego. Los ucranianos, como han demostrado siempre que se han visto obligados a lo largo de la historia, seguirán resistiendo y el paseo militar que Putin soñaba se convertirá en una guerra de guerrillas interminable y, lo que es peor, que le supondrá muchas bajas.

La guerra cambia de escenario, pero aún no está acabada

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