¿Se imaginan que a Mbappé y Lewandowski les dijeran de un día para otro que tienen que hacer las maletas y prestar sus servicios en otro equipo? Pues eso pasa en la NBA sin que haya apenas revuelo. Luka Doncic y Anthony Davis, dos de las mayores estrellas del baloncesto estadounidense, cambian de casa sin un mal gesto. Y aquí no sabemos si es muy bueno o muy malo.