Solo ha hecho falta un lavado de cara, profundo, eso sí, para que un espacio como San Andrés otee un porvenir envidiable. Las inmobiliarias ya están aprovechando la nueva cara del bulevar para promocionarlo como un lugar privilegiado. Quién se lo podría imaginar. Ahora solo falta que los fumadores no empleen las zonas verdes como ceniceros. La alcaldesa ya les ha avisado.