Un grupo de visitantes del museo de Estrella Galicia participó de una cata de cervezas especial. No por los brebajes que tenían que probar, sino porque uno de los responsables les sonaba de algo. Pese a las gafas, la gorra y el bigote, algunos tenían la mosca detrás de la oreja. Y es que el responsable, que decía llamarse Brais, no era otro que Carlos Sainz hijo intentando gastarles una broma.