La cuestión del nuevo mobiliario del casco histórico, asunto recurrente en las conversaciones ciudadanas durante las últimas semanas, se trasladó el martes a la casa consistorial donde, a solicitud de los no adscritos, se analizaron los cambios estéticos y las características de los asientos instalados en Travesa y Pescadería, así como en el entorno de Santiago, supuestamente inspirados de los diseñados hace cien años por Rafael González Villar, uno de los impulsores de la modernización de Betanzos, como recordó en su exposición el socialista Andrés Hermida. La moción, que defendió el edil Pablo Villaverde, se aprobó con el respaldo de sus excompañeros del PP.  

En cualquier caso, al margen de las consideraciones de cada uno y de que la iniciativa salió adelante con la unión de los conservadores y la división de la izquierda entre la abstención del BNG y el no del PSOE, en la sesión del martes se incorporó un nuevo  elemento a la controversia que, desde que comenzaron a colocarse, “estos cambios están a xerar entre os veciños” de Betanzos. ¿Qué piezas son originales de González Villar? Según comentó Villaverde, solo el palco de la música y los componentes más ornamentales de la entrada al antiguo Liceo Recreativo. 

La exposición del edil no ascrito coincide con la de algunos expertos, que inciden en que “sin documentación que lo corrobore”, no se puede asegurar la autoría de Rafael González Villar. 

Es el caso del historiador Daniel Lucas Teijeiro Mosquera, autor de la tesis doctoral ‘Arte e industria del hierro en Galicia (1850-1930)’, donde indaga, entre otros aspectos, en el alcance de las empresas metalúrgicas y su influencia en la estética urbanística de villas y ciudades de toda la comunidad, quien sostiene que algunos de los elementos atribuidos a González Villar son creaciones de la Fundición de Julio Wonenburger.

Sin embargo, sí existe información que vincula al arquitecto coruñés con el diseño de mobiliario instalado en O Campo. Como las cartas que él mismo intercambió con el  entonces alcalde, Emilio Romay, con el que comenta cuestiones relacionadas con el palco o los bancos: “Envío a usted el dibujo de los bancos. Sería conveniente hacer todas las barras de un banco para cuando fueran las patas de fundición ver un banco completo, antes de hacer los demás”, escribió Villar. 

Esta es la teoría que defienden los arquitectos José Manuel Vázquez Mosquera y María del Carmen Calatayud Romero, autores del catálogo y la exposición ‘Rafael González Villar: a arquitectura dunha época en Betanzos’. 
 

En su opinión, su implicación en el diseño de los bancos, como en la decoración de la entrada del Liceo, donde se contemplan detalles que también emplea en la Casa Núñez, ahora sede de la Fundación CIEC, ha sido verificada, como también lo está la existencia “dun proxecto para os xardíns diante do Liceo Recreativo”, al que también se refirió la revista ‘Rexurdimento’: “Debemos ficar ledos, pois estamos enterados que o intelixente arquitecto da Coruña, señor G. Villar, fixo un proxecto moi bonito e soi falla comezar as obras”, publicó en su edición del 1 de agosto de 1922.

“Al mismo tiempo quería darle noticias de los bancos en los que se está trabajando desde principios de mes (...) me acerqué a la Fundición de Solórzano para, en la carta que pensaba escribirle, tocar estos dos puntos... Bancos hay cinco fundidos, o sean los piés, que dije a Solórzano que envíe en cuanto  estén repasados —dentro de este mes— con objeto de que vayan labrando ahí la madera de tea conforme a dibujo, para todos; y coloquen, por de pronto, esos, dando así tiempo a que terminen los demás...", escribió en 1928 a Romay.