En este último año los vecinos del Temple han padecido los retrasos de la obra del parque Ramón Barba, de como por cada semana de trabajo que realizaban los obreros, se paraban tres o cuatro semanas. Reforma rodeada de polémica desde el principio, empezando por el diseño del proyecto del parque que no coincidía con las peticiones de los vecinos de la zona, cuyo principal reclamo era aumentar las zonas verdes y al final solo tienen más cemento, también fue polémica la tala de 15 árboles, la instalación de un circuito de Pumptrack que rompe la estética del parque y se encuentra pegada a las viviendas, pero sobre todo por los continuos retrasos en la terminación de una obra que debía estar acabada hace dos meses y todavía está sin empezar el tan anunciado teatro al aire libre que sustituye a la antigua piscina.

“Después de un año esperando, después de haber concedido una prórroga a la empresa, después de los errores en los estudios de las cuotas de las rasantes y de las vibraciones en los edificios cercanos que obligaron a paralizar la obra… los vecinos del Temple siguen teniendo cerrado su único parque, los niños llevan ya dos veranos sin poder utilizar la pista deportiva, teniendo al final más cemento y menos zonas de sombra para nuestros mayores. Todo esto provocado por la negligente gestión del concejal de Urbanismo y Obras, Juan González Leirós, que aun encima se atreve a afirmar en comisiones que fue “Una buena ejecución del proyecto”, denuncian los populares.

“Por todo esto hemos solicitado en el pleno de septiembre que se abra cuanto antes el parque y la pista deportiva para el uso de los vecinos de la zona, solicitud aceptada por el gobierno local, también que se depuren responsabilidades en el departamento de Urbanismo por la falta de control de un proyecto que podíamos tener acabado hace meses”, afirma la portavoz del PP, Diana Piñeiro.