El Ayuntamiento de Santiago celebró esta mañana un acto oficial para culminar el despliegue de fibra óptica en el Casco Histórico de Compostela, una obra que fue iniciada en 2020 por la teleoperadora Orange y que se ha dividido en 13 fases de actuación.
De esta forma, los 6.600 hogares de la Zona Vieja que hasta este año contaban con dos megas de bajada podrán ver cómo la velocidad de sus conexiones a internet se multiplica por varios cientos.
El trabajo ha tenido un coste total de 2,6 millones de euros y, para poder llevarlo a cabo, fueron necesarias una serie de condiciones relacionadas con el entorno.
Entre ellas, la creación de un diseño para que las cajas de fibra óptica se adaptasen a la zona y, por tanto, no supusiesen un impacto visual negativo.
Los residentes del Casco Histórico se muestran satisfechos de poner fin a este largo proceso.
Aunque son conscientes de la dificultad que supone instalar el cableado en la zona, no pueden evitar pensar en los 20 años de retraso que llevan con respecto a muchas otras ciudades.
El presidente de la asociación de vecinos de Fonseca, Roberto Almuíña, cree que el término de las obras representa "deixar atrás o século pasado".
Insiste también en la relevancia que tiene para todo Santiago, ya no por el uso asiduo que las nuevas generaciones hacen de esta tecnología, sino por lo imprescindible que es para los comercios del área.
En la misma línea, apunta que esta situación no solamente les ha afectado a ellos, sino a otros barrios de la ciudad, como los de San Pedro, San Lourenzo o Sar.
De cualquier manera, lo que más les importa es que ahora pueden decir que “están conectados” y que tienen “as mesmas posibilidades que o resto de cidadáns do país”.