Bajo el lema “Parque da Agra xa!” y convocados por el Ateneo Libertario Xosé Tarrío, una representación vecinal se dio ayer cita delante de la bomba de oxígeno que les falta, el perímetro del Observatorio, y que se encuentra en medio de un proceso judicial que no permite avanzar y que mejoraría el problema de densidad poblacional que sufren, sin espacios verdes. Los que hay están amurallados y sin visos de que se abran porque además de la demanda judicial que etiqueta un terreno en las Adoratrices como suelo urbano consolidado, están, según los afectados, los intereses de las dos administraciones con trozos del pastel –Ayuntamiento y Ministerio de Medio Ambiente– y que, a su juicio, deberían priorizar las necesidades de los vecinos a los beneficios que obtendrán al construir en sus terrenos.
En el acto, portavoces de Arquitectos sen Fronteiras y de Ergosfera recordaron la paralización de un proyecto en el que con el paso de los años no estaban claros los límites de las zonas con licencia libre para edificar y aquellas otras comprometidas para el disfrute de los vecinos.
“La situación es muy grave al no cumplirse los estándares urbanísticos razonables para el desarrollo”, denunciaban ayer los participantes en el recorrido por el barrio. Por eso, reclaman tanto al Gobierno local como al estatal que pongan los mecanismos precisos y no favorezcan la especulación. Pero “la Administración pública funciona como una empresa privada, sus cuentas de resultados tienen que dar beneficios como pasó con el puerto y la Maestranza”, analizan.
Para ellos, darle al Agra este pulmón no solo sería vital sino que evitaría la segregación entre barrio “rico” y barrio “pobre”: “Nos quedaríamos aquí encajonados” cuando lo que sobran son viviendas, argumentan. En concreto, en la ciudad se cuentan 20.000 vacías, un catorce por ciento del total.
Los convocantes también atendieron al muro que separa lo verde del asfalto y que está, según los residentes, porque no fueron capaces de negociar un acceso: “Es cuestión de voluntad”. Desde los colectivos piden que esa superficie se integre al Agra y se adapte a las necesidades vecinales.
Y que sean ellos los que participen en el proceso y que aprovechen el bloque de Sanidade para el centro de día y la escuela infantil que no tienen. l