La tercera edición del Correcán Solidario organizado por la Asociación Canina CanCoruña volvió a batir un récord de asistencia al convocar a más de 750 participantes, así como a sus perros. Juntos realizaron un recorrido en apoyo a las protectoras de animales por el Paseo Marítimo que también sirvió para atacar desde el origen la lacra de la saturación que existe en los refugios por el abandono de mascotas.
Un tramo del Paseo permaneció ayer cortado al tráfico durante parte de la mañana porque corredores, caminantes y canes tomaron el asfalto para decir no al abandono y conseguir fondos (mediante la venta de dorsales) para que las entidades de defensa de los animales –Bass Galgos, Asociaciones Perrunas, Apadán, Amigos de los Perros de Carballo, Pegadas, Galgos 122 y Somos Galgos– puedan mantener vivos sus proyectos de cuidado.
Cada vez más coruñeses están concienciados con esta causa como muestra el rápido crecimiento de la iniciativa en tan solo tres años. La presidenta de la organización promotora, María Elena Castro, explicó a este diario que el éxito alcanzado en 2017, cuando los 500 dorsales preparados no fueron suficientes para absorber toda la demanda, hizo que en esta ocasión subieran a los 750 números. Aún así las cifras se superaron por las peticiones de última hora y, probablemente, para 2019 habrá que crecer si se quiere dar cabida a todos los interesados en caminar o correr.
A pesar de que en A Coruña no existen competiciones para estas peculiares parejas, las mismas actuaron como si de un binomio entre caballo y jinete se tratase. Aunque a lo largo del Paseo, y sobre todo a la llegada a meta, se pudo ver a algún perro tirando de su propietario y viceversa, la mayoría acompasaron el ritmo.
Los que se decantaron por correr lo hicieron, casi por norma, con la correa de sus mascotas atada al cinturón y el resto prefirió llevarla agarrada con la mano. El perfil de participantes fue muy amplio: en el lado humano hubo desde gente mayor a parejas jóvenes y en el perruno se vieron todas las razas y tamaños.