Director de Noites do Porto
Tras una primera edición tildada como exitosa, aunque limitada debido a las restricciones del covid, Noites do Porto regresa en octubre para celebrar su segunda edición, ya sin limitaciones, con la presencia de artistas como Jorge Drexler, James Rhodes, Morgan o Fernando Costa, y en un contexto social de ganas de vivir la música en directo.
Su director, Héctor César Marcos, tiene claro que, además del trabajo y de los contactos, son esenciales los apoyos de las instituciones y de los patrocinadores. “Desarrollar toda la estructura y producción de cuatro o cinco días sería complicado si fuésemos solos, muy complicado”, asegura.
Elegir el puerto, en otoño, tiene que ser un desafío extra, por lo menos estructuralmente.
Sí, totalmente. Piensa que hablamos de otoño, octubre, al lado del mar. Idear cualquier proyecto se hace complicado y hay que añadir que puede llover en esas fechas. Ahí es cuando entra la idea del año pasado de crear una especie de iglú transparente para no perder las vistas de toda la bahía. Pero, al mismo tiempo, esa estructura hace más complicado el desarrollo del evento y sus costes. Se podría hacer sin ello, sí, pero correríamos un riesgo importante de cancelar.
Será la segunda edición de Noites do Porto, pero la primera sin limitaciones.
Esa fue la clave y uno de los grandes problemas del año pasado, porque hasta última hora no sabíamos con qué restricciones íbamos a trabajar. Este año vamos con más tranquilidad, a un evento totalmente prepandémico. La situación es muy distinta, nos permite estar de pie, consumir al mismo tiempo, no como el año pasado, que había que consumir en un espacio y luego irse al otro a ver el concierto. Ojalá esto ayude a que el evento crezca.
Precisamente, ¿se plantean también sumar citas en un mismo año?
La idea inicial es una vez al año, pero con continuidad durante años. El año pasado fue un éxito total, lo que hace que todos los apoyos continúen, y eso nos da tranquilidad para otras ediciones. Todo pasa porque siga saliendo bien, por contratar artistas de nivel como hasta ahora y que el público responda. Ahora mismo, las entradas van a buen ritmo, Drexler lleva el 80% vendido.
Vemos un auge de eventos, ¿esto allana el camino o la competencia lo complica?
Es como todo, hay que valorarlo desde los dos puntos de vista. Evidentemente, el hecho de que haya tanta gente con ganas de disfrutar, después del tiempo que no pudimos hacerlo, es bueno para cualquier evento. Al mismo tiempo, que haya muchos eventos hace complicado la viabilidad de algunos. Se multiplicó por dos, o por tres, lo que se hacía en 2019, esto, lógicamente, implica que no todos los eventos puedan vivir. Ahí surge la figura de los promotores y de la experiencia de los que llevamos muchos años, que entendemos que eso nos da un margen de privilegio con respecto a los nuevos, porque tenemos otros contactos, otra experiencia... Pero, efectivamente, todo lo que sea mucho de algo, significa que alguno funcionará mejor o peor.
¿Y hace más fácil convencer a los artistas?
No realmente. Piensa que los artistas necesitan descansar, hacer nuevas canciones... Ese es uno de los problemas que nos hemos encontrado, buscar artistas con algo distinto. Lo hemos logrado, pero no es fácil. Todos los artistas que vienen a Noites, o no vinieron antes o presentan algo nuevo. Es, quizá, lo más difícil.
Con el bagaje anterior y el de Noites, ¿ve un perfil de público determinado en la ciudad?
Creo que plantearse un perfil de público que predomina no es un punto de vista adecuado. Lo ideal es programar para lo máximo posible. En Noites, cada noche es para un público distinto, lo que permite escoger qué noche ir. Eso te da amplitud, no hay que enfocarse en un público, porque fortaleces un nicho, pero debilitas otro.