Luis Landero: "Si algún día muere la novela, será un asesinato"

Luis Landero: "Si algún día muere la novela, será un asesinato"
Luis Landero | EFE

"Si algún día muere la novela, será un asesinato", asegura el escritor extremeño Luis Landero, que en una entrevista con Efe señala que el ser humano "no puede vivir sin historias" porque al fin y al cabo, "todos somos hijos del tiempo, del espacio y de la palabra".
 
"El ser humano es un animal narrativo. Todos los días nos contamos historias, nos juntamos para contarnos qué hicimos ayer, qué película hemos visto o cómo se encuentra tal persona. Cuando recordamos o incluso cuando soñamos, también contamos historias", afirma el escritor, que recala en Santiago de Compostela con motivo del XV premio Novela Europea Casino de Santiago, que este año se ha otorgado 'ex aequo' y ha recogido junto a la escritora moldava Tatiana Tibuleac.
 
El galardón ha valorado su obra "Lluvia fina", publicada en 2019 y que fue considerada por la crítica la mejor novela de ese año. Sin embargo, en estos dos años ha publicado dos más, "El huerto de Emerson" (2021) y este 2022 "Una historia ridícula".
 
"Al principio tardaba unos cinco años en escribir las novelas. En cierto momento comencé a ir más deprisa, pero no porque yo quisiera. Quizá empecé a escribir, no de un modo más descuidado, pero sí con menos prejuicios", asegura.
 
Aunque reconoce que es un escritor "un poco torturado", señala que quizá ha ganado una suerte de "ligereza" o "espontaneidad" o que tal vez sea que ha encontrado unos temas "más cercanos" a su corazón y a su temperamento.
 
Realmente no lo tiene claro. Igual que tampoco sabe muy bien de dónde vienen esas "voces" tan dispares como la de Marcial, el protagonista de su última novela, que le sedujo.
 
"Me cautivó desde el primer momento, sentí que me arrastraba una voz muy especial, que no era yo. Me resultó fácil escribir la novela porque tenía la sensación de que quien la escribía era Marcial y no yo. Era ese personaje. Yo delegaba en él y él me llevaba casi por donde él quería", afirma.
 
Sin embargo, confiesa que, como en el teatro, una vez cumplida la función, esa voz desaparece: "El actor ha dejado de ser actor y se viste de calle", sentencia.
 
Ahora trabaja en una nueva historia, a la que trata de buscar el "tono", algo que considera fundamental: "Se ha dicho muchas veces que las primeras frases, incluso la primera, es esencial, porque ahí ya está contenida la música, el germen de lo que va a ser la novela", explica.
 
Un registro o tono para el cual es necesario "el recogimiento, la soledad y la lentitud".
 
Landero no sabe pensar si no escribe. Si no escribe, no entiende nada y tiene que hacerlo para que las cosas cobren algún sentido. Por eso tiene su casa repleta de cuadernos "que no son publicables" pero que albergan los gérmenes de muchas historias.
 
"Nunca se escribe en vano, todo colabora. Pero escribir está relacionado con la lentitud. El pensamiento colapsa cuando va más deprisa de lo que debe y vivimos en un mundo que niega la lentitud, en el que todo es rápido, fugaz y debe ser inmediato", lamenta.
 
Afirma que "no hay que tener miedo del aburrimiento" y que hay que aprovecharlo para "fijar la mirada y observar": "La mirada, el asombro, el pensamiento, la imaginación... todo eso se entrena".
 
"Para escribir una novela hace falta ser tozudo como una mula y si lo eres, es posible que se compadezcan de ti las musas y te regalen un momento de lucidez", aclara.
 
Por esa lucidez recibe un premio que considera "muy gratificante" porque viene dado por lectores muy diversos, una "tribu" a la que él también pertenece.
 
"Además de la patria que cada uno tenemos, que es la patria chica o la patria un poco más grande, tenemos otra aún mayor, que es la patria del papel. Esa tradición que tiene un sentido, de la que yo me siento partícipe", explica.
 
"He aprendido a escribir y he disfrutado mucho con Homero y con Sófocles. Lo mismo te puedo decir de mi amigo Cervantes, mi amigo Shakespeare o de mi amigo Faulkner", añade.
 
No se resiste a mencionar a Borges, a Octavio Paz, a Melville o a Poe. Pero también a Murakami, a Bharnes o a Paul Auster.
 
"Esa es casi mi verdadera identidad, los libros que han alimentado mi vida, mi alma, mi espíritu", concluye Landero, que también ha recordado al recientemente fallecido Javier Marías, "un gran novelista" y "un amigo".

Luis Landero: "Si algún día muere la novela, será un asesinato"

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