Borja Jiménez es historia en el Deportivo desde ayer, pero realmente ya estaba condenado tras el fracaso en la final del playoff de ascenso. El pasado 11 de junio, el conjunto coruñés se estrelló contra el Albacete de Rubén de la Barrera en Riazor (1-2), viendo cómo su sueño de regresar al fútbol profesional se hacía añicos y debía jugar en la tercera categoría por tercera temporada consecutiva.
Ese mismo día, nada más finalizar el partido, se puso precio a la cabeza del preparador abulense. De hecho, el propio presidente del club blanquiazul, Antonio Couceiro, no se atrevió a asegurar la continuidad del entrenador ante los medios de comunicación.
“No hemos debatido todavía estos temas, reiniciamos nueva etapa el próximo lunes y valoraremos todo tipo de situaciones, analizaremos las mejores decisiones con todas las alternativas de futuro”, manifestó cuando los periodistas presentes en Riazor le preguntaron si Borja Jiménez cumpliría el año de contrato que le restaba por delante.
El lunes 13 de junio, dos días después del fracaso que heló al deportivismo, se celebró un primer cónclave entre los consejeros y la secretaría técnica. La mayoría de los directivos eran partidarios de destituir al entrenador, mientras que Carlos Rosende mostró su confianza en el abulense. Finalmente, el club aplazó su decisión hasta una segunda cumbre, después de que el secretario técnico presentara un análisis de los resultados de la temporada y posibles anternativas a Borja Jiménez.
A partir de ese momento, empezaron a sonar nombres de candidatos —Yago Iglesias, Alberto González, Paco Jémez e incluso Óscar Cano, nuevo técnico del Depor desde ayer— y tanto en la prensa como en la calle se daba por hecho el adiós del abulense.
Sin embargo, el 17 de junio el Deportivo hacía oficial la continuidad de Borja. Una decisión que mucha gente no entendió, dado que el estratega blanquiazul había fracasado en el objetivo marcado a principio de temporada, lo que provocó que un buen número de aficionados perdieran la confianza en Borja Jiménez, se enturbiara el ambiente que rodeaba al equipo y se mostraran críticos con el entrenador desde el primer día de la temporada 2022-23. Estaba claro que solo valía comenzar el curso como un tiro, porque al primer fallo, estaba sentenciado.
La trayectoria del abulense al frente del Deportivo ha ido de más a menos. Desde la euforia inicial hasta la impotencia.
La escuadra herculina arrancó la pasada campaña a lo grande —no a nivel de juego, pero sí de resultados—. Abrió la liga 2021-22 con cuatro triunfos seguidos que le auparon a lo más alto de la clasificación.
Tras un titubeo de tres jornadas, con dos derrotas y un empate, el Depor reaccionó mostrándose prácticamente intratable hasta la jornada 20. En aquel momento, el cuadro coruñés mandaba en la tabla con seis puntos de ventaja sobre el Racing de Santander, principal rival por el ascenso.
Fue el comienzo del fin. Tres derrotas seguidas, ante Real Unión (1-2), SD Logroñés (1-0) y el Racing en Riazor (0-1) dieron el liderato al conjunto cántabro, que a partir de ese momento se mostró como un rodillo, protagonizando una racha histórica, y arrebató el ascenso directo a los herculinos. La escuadra de Borja Jiménez entró en crisis e incluso llegó a preocupar la posibilidad de perder la segunda plaza, pero recondujo el ritmo en las cuatro últimas jornadas de la liga. Los herculinos golearon al Linares en la semifinal del playoff (4-0) y cayeron en la final contra el Albacete (1-2).
Desde entonces, una sombra acompañó a Borja Jiménez, que pese a arrancar la liga 2022-23 con dos triunfos, nunca convenció al entorno.
En las cinco últimas jornadas, los blanquiazules han sumado una sola victoria, por tres empates y una derrota. Es decir, que han logrado seis de los quince últimos puntos.
Con el equipo a siete puntos de los dos primeros clasificados —Racing de Ferrol y Linares—, el club ha optado por el relevo en el banquillo.
El abulense cierra su etapa en A Coruña con 46 partidos de liga, 25 victorias, 11 empates y 10 derrotas.
Además, en la Copa del Rey el conjunto blanquiazul sumó un triunfo y una derrota con Borja al mando.