El Deportivo sigue sin comunicar la decisión sobre quién se sentará en el banquillo del equipo coruñés la próxima temporada. El Consejo de Administración sopesa si darle continuidad a Borja Jiménez, que tiene el respaldo de la secretaría técnica, o si optan por un nuevo relevo.
Este paréntesis coincide con un sorpresón, el de la salida del coruñés Rubén de la Barrera del Albacete tras el ascenso ante ‘su’ Deportivo en Riazor.
La decisión del expreparador deportivista de no continuar en el Albacete ha sido “personal”, según confirmaron a este diario fuentes próximas al técnico. El propio entrenador lo indicó en sus redes sociales posteriormente.
“La decisión no ha sido nada sencilla. No es fácil para mí dejar un club en el que no he sido feliz, sino lo siguiente. Pero entiendo que renunciar al año de contrato que me unía al Albacete era lo mejor para mí y para el propio Albacete”, trasladó el entrenador coruñés. Antes de que De la Barrera se pronunciara, el club albaceteño anunció su desvinculación.
“Una vez concluida la temporada y conseguido el objetivo de la misma, el regreso a Segunda División, el Albacete Balompié y Rubén de la Barrera mantuvieron a lo largo del día de ayer un largo encuentro con el objetivo de analizar cómo había discurrido la campaña y evaluar la situación presente y futura del equipo. La reunión, presidida en todo momento por un tono cordial y constructivo, concluyó con la decisión de ambas partes de entender que lo más conveniente sería separar sus caminos y poner fin a la etapa de Rubén de la Barrera en el Carlos Belmonte”, explicó el club manchego.
Añadió que “el técnico coruñés, que quedará para siempre en la historia del club por haber ascendido al Alba a Segunda División, renuncia al año de contrato que le vinculaba con nuestra institución”.
“Desde el Albacete Balompié queremos ensalzar la profesionalidad, el compromiso y el buen hacer de Rubén de la Barrera durante esta inolvidable temporada, a la vez que le deseamos la mayor de las suertes en sus próximos retos deportivos”, agregó.
Tras ascender con su equipo en el Estadio Abanca-Riazor, el técnico coruñés del Albacete se mostró “repleto de alegría” por el objetivo conseguido, pero, al mismo tiempo, “tremendamente jodido” por que el equipo de su corazón, el Deportivo, se quedara en Primera RFEF.
“Tengo unas sensaciones que no sé definir, repleto de alegría y tremendamente jodido, no sabría decir cómo estoy”, aseguró a pie de campo tras el ascenso.
Sentimientos encontrados para el preparador del equipo manchego en el césped del Estadio Abanca-Riazor, donde la temporada pasada se sentó en el banquillo local. “(El Deportivo) Es mi club y me revienta en el alma, engañaría si no dijera que estoy feliz por que se lo merecen, pero que sea aquí me duele en el alma”, incidió entonces el técnico.