Se escucha el latido del corazón en Palexco. Es el del Deportivo que sigue latiendo en la categoría de bronce. Segundos después, suena el himno del equipo herculino. Pasan unos minutos de las 20 horas, la prevista para recuperar uno de los actos más emotivos para los aficionados blanquiazules, que se había visto interrumpido por la pandemia. Son las insignias de plata en una temporada en la que el club busca, precisamente la categoría de ese metal, la Segunda División.
“Gracias por 26 años, o por 25, haciendo méritos por estar aquí”, explica el deportivista y polifacético Paco Lodeiro. Y es que aquí se dieron cita los que cumplieron los 25 años en los dos últimos cursos. Unos con mascarilla, otros, ya sin ella.
Debido al elevado número de nuevos socios de plata, el acto estuvo exclusivamente reservado a ellos y no fue posible acudir con acompañante.
No dudó Lodeiro en considerarlo “el acto social más importante del Deportivo cada año. Es el momento de agradecer”. “Normalmente al que le dan un premio agradece, pero aquí el que agradece es el club”, señala el actor, presentador y cómico, habitual en estos actos que por primera vez presidió Antonio Couceiro.
Lo primero fue acordarse de aquellos deportivistas que se han ido en los últimos tiempos, entre ellos, dos miembros del staff técnico, el fisioterapeuta José Luis Aristín y el médico César Cobián. No hubo minuto de silencio para ellos, sino de aplausos.
El Deportivo reconoció a un total de 340 personas, entre ellos al exalcalde de A Coruña Xulio Ferreiro.
El club homenajeó a uno de sus empleados, José Manuel Rodríguez Barbeito, que lleva 50 años en el club. Para él, la insignia y el carné de oro del Deportivo. El presidente, Antonio Couceiro, le entregó esos recuerdos.
Lodeiro recordó los inicios de los abonados que llevan 26 años ininterrumpidos como abonados. Fue la primera temporada de John Benjamin Toshack, que fue imitado, como Arsenio, por el presentador. El Deportivo llegó a semifinales de la Recopa de Europa. Uno de los protagonistas, Donato, presente en la sala. El presidente, que tampoco se libró de la imitación, era Lendoiro.
Para los que cumplen cinco lustros, la temporada del corte de mangas de Toshack a la grada. Jacques Songo’o, también presente en el Salón Arao, como Fran o Maikel, fue el menos batido. Los abonados aplaudieron la lambretta de Djalminha al Real Madrid, los goles que dieron la Liga, el Centenariazo, las noches mágicas de Champions... Irrepetibles. Después, otros objetivos más modestos, ascensos, partidos tristes, dramáticos, descensos... hasta hoy. Todos con algo en común: los abonados, los aficionados. Siempre ahí: Xavier, Elena, Violeta, Emilio, Ignacio, Marcial...
Y así, vídeo tras vídeo, dieron las 21 horas. Hasta llegar a Primera RFEF.
Marcos Queiro, socio 318, desde 1970, recibió la insignia de oro en diciembre y ayer, las de plata de sus dos hijos, Diego y Javier. Y en el futuro, quién sabe, puede que las de sus nietos, Lucas y Lucía, nacida la semana pasada. Moito vivido, moito por vivir, Deportivo.