Una gran acción personal de Yeremay forzó un penalti transformado por Quiles que salvó al Depor de sumar su segundo empate consecutivo y permitió a los blanquiazules encadenar su cuarta victoria seguida en Riazor. Resultado que aúpa a los herculinos al segundo puesto del Grupo 1, a falta de que mañana el Real Madrid Castilla visite al Alcorcón y el Córdoba juegue en casa del Unionistas.
El pinchazo de la pasada semana en San Fernando (2-2) no impidió a Óscar Cano repetir el once que rozó el triunfo en la tierra de Camarón, pero que se dejó dos puntos en la última jugada del partido con ese córner mal defendido.
La escuadra coruñesa exhibió un dominio de la pelota casi insultante desde el arranque del encuentro, aunque con un juego demasiado horizontal que no le permitía generar demasiado peligro.
Pese al control blanquiazul, los dos primeros sustos se los llevó el bloque herculino. Primero, tras una pérdida de Rubén Díez a la que reaccionó bien Olabe. Y en el minuto 7, en un remate de cabeza de Pipe, demasiado solo, que atajó bien Mackay.
Fruto de ese dominio local y de la profundidad de Lebedenko por la banda izquierda, el Depor empezó a cercar la portería de Palomares. En el minuto 9, Pablo Martínez remató un córner botado por Lucas Pérez, el meta local, ágil, evitó el 1-0 y el rechazo le llegó a Villares, que estrelló la pelota en el larguero.
El asedio deportivista era total. De hecho, apenas un minuto después, Pablo Martínez volvió a conectar un saque de esquina de Lucas Pérez, pero en esta ocasión su chut no encontró el arco. Y en el 12’, Lebedenko forzaba un nuevo córner, pero los blanquiazules no lo resolvían correctamente.
Antoñito dio el susto cuando el partido cumplía un cuarto de hora. Se torció el tobillo al intentar driblar a un rival, pero aunque Trilli salió a calentar, el andaluz siguió en el césped.
El cuadro de Óscar Cano seguía ensanchando el campo en busca del ansiado gol y en el 21’, Rubén Díez, tras una internada por la derecha, enviaba un centro al segundo palo que Quiles remató alto.
A partir de ese instante, el Mérida logró parar el ritmo y el partido se volvió más trastabillado. Poco fútbol y el Depor se enfrió un poco.
El equipo que dirige Juanma Barrero a punto estuvo de liársela al bloque herculino en el 27’, pero Jaime estuvo rápido para evitar que Dani Lorenzo alcanzara un envío lateral y rematara dentro del área.
El conjunto blanquiazul recuperó la posesión en el último cuarto de hora del primer tiempo, aunque sin exhibir la profundidad de los primeros minutos y con un juego más plano y previsible que lastraba cualquier posibilidad de adelantarse en el marcador.
Todo lo que no estaba sucediendo, pudo ocurrir en el último minuto. Primero, cuando Mackay sacó un pie providencial para evitar que Dani Lorenzo marcara el 0-1 con un remate desde dentro del área tras una acción mal defendida por la zaga blanquiazul. Y en la última acción antes del descanso, con una falta colgada por Lucas Pérez al área emeritense que remató Pablo Martínez, pero Palomares metió una mano salvadora.
El Mérida salió un poco más animado tras el descanso, aunque el Depor siguió teniendo el control y buscando la meta rival por medio de posesiones largas, pero infructuosas.
Tras un pequeño susto, con remate de cabeza de Pipe, que resolvió Mackay, el cuadro herculino dio otro paso adelante, pero la buena triangulación entre Lucas, Villares y Quiles, primero; y la ocasión que se inventó el delantero de Monelos en el 55’, pero que atajó Palomares, se quedaron en nada.
Dos minutos después, se retiró lesionado quien estaba siendo el mejor, Roberto Olabe, y entró en su lugar Mario Soriano.
Nada más irse el futbolista que había dado equilibrio a la medular blanquiazul, se produjo una contra peligrosa que culminó Cinta, pero Mackay ganó el mano a mano al visitante y atajó el disparo.
Apenas seis minutos después, Cano movió ficha de nuevo, sentó a un gris Saverio y alineó a Svensson, que reactivó el ataque deportivista. Nada más entrar casi se la lía a Palomares cuando intentaba sacar. En el 66’, a punto estuvo de marcar de tacón tras un pase de Lebedenko, pero el arquero visitante la despejó a córner. Y en la siguiente acción forzó otro saque de esquina.
El Mérida aguantaba el asedio y, consciente de que podía pescar un punto en Riazor, se parapetaba atrás, mientras los blanquiazules tocaban y tocaban, pero sin profundidad.
Dispuestos a desperdiciar ocasiones, hasta Lucas Pérez, quien marcó en sus tres primeros partidos pero se quedó sin marcar por segunda jornada consecutiva, tuvo el 1-0 en sus botas en el 75, pero su disparo potentísimo lo despejó Palomares, sin duda el héroe de la escuadra ‘romana’.
Por si fuera poco, Mario Soriano envió un balón al palo en el 80’, tras una magnífica jugada hilvanada de los locales.
El nerviosismo y la precipitación se apoderaron de los pupilos de Óscar Cano a medida que se acercaba el final y veían cómo se les escapaba la victoria.
Soriano lo intentó de nuevo en el 88' con un chut desde la frontal del área, pero la pelota ni siquiera encontró la portería.
Otro acercamiento al arco contrario protagonizaron los blanquiazules en el minuto 90. Esta vez por medio de Antoñito, que tras ganar línea de fondo envió un centro demasiado largo para Svensson, que no pudo conectar con el esférico en boca de gol.
Y en la siguiente acción, quien perdonó fue el Mérida. Los extremeños pillaron en una contra al Depor y Sandoval, tras enganchar una pelota en el área, la mandó a las nubes.
Y cuando parecía que la escuadra blanquiazul sufriría su segundo tropiezo consecutivo, llegó la acción determinante del duelo. Yeremay, que había entrado al campo en el minuto 87 por Lebedenko, era derribado dentro del área en el 93'. Penalti que Quiles se encargaba de transformar para dar al Depor una trabajada y sufrida victoria que aúpa a los de Cano al segundo puesto con 42 puntos, a uno del líder, el Alcorcón, y con uno de ventaja sobre el Castilla y dos respecto al Córdoba.