Se acabó el sueño europeo. El Benfica amargó la fiesta del Deportivo Liceo en Riazor. La Golden Cup que conmemora los 50 años del club coruñés tendrá campeón portugués. El Glorioso, que no levanta un título desde 2016, se medirá el domingo en la final ante el ganador del Barcelos-Sporting, segunda semifinal que se disputa hoy a las 19 horas.

El verdugo liceísta fue un viejo conocido: el delantero argentino Pablo Álvarez, que vistió la verde y blanca durante seis temporadas. Había marcado un solo gol en los tres partidos anteriores y ante el Liceo firmó los cuatro. Su actuación, las lesiones de Dava Torres y Roberto Di Benedetto y las cuestionables decisiones del árbitro portugués Pedro Silva fueron las claves del triunfo benfiquista. 

Decía Juan Copa que su equipo necesitaba a la afición para superar los momentos de apuro ante uno de los grandes del hockey europeo. Y unas 2.000 personas poblaron la grada de Riazor, pero el Liceo lo pasó mal solo los cinco primeros minutos del partido.

Abrelatas

El Benfica avisó tres veces en menos de 30 segundos: lo probó Diogo Rafael con un palazo desde su pista nada más empezar el partido y la tuvieron dos exliceístas, Lucas Ordóñez y Pablo Álvarez, pero respondió Carles Grau.

A la cuarta, Pablito cazó un pase interior, se dio media vuelta y la clavó arriba, imparable para el portero.  Solo pasaban cuatro minutos de partido y el Liceo ya estaba por debajo en el marcador. Tocaba remar.

Dos palazos altos de Roberto Di Benedetto y un remate cruzado de Dava Torres fueron los únicos acercamientos locales en seis minutos. Copa no lo veía claro, pidió el primer tiempo muerto del partido y empezó con las rotaciones.

Reacción

Poco después, el capitán robó en su propio campo, encaró la portería del Benfica, regateó a un rival y solo Pedro Henriques pudo evitar el gol.

La réplica llegó con un trallazo de Rafael que Grau salvó con el casco. Su hermano Marc lo intentó en el área rival con un disparo, pero Henriques despejó con su guarda izquierda.

Con el marcador en contra, al Liceo se le unieron los problemas físicos de Roby, por molestias en una rodilla, y Dava, con un pinchazo en la zona de los abductores.

Los dos tuvieron que pasar por el vestuario. El francés volvió a la pista, pero el capitán ya no jugó más, una baja muy sensible para la rotación.

Maxi Oruste, César Carballeira y Jordi Adroher acariciaron el empate con tres remates en buena posición. Faltaba definición. La encontró Àlex Rodríguez en el minuto 21 tras una gran jugada de tiralíneas entre El Mago, César y el propio Àlex.

La alegría duró poco. Solo un minuto después, Pablo Álvarez restableción la ventaja de las Aguias. Un jarro de agua fría, aunque el Liceo se revolvió y antes del descanso pudo empatar con una doble ocasión de Marc ante el muro Henriques.

Asedio liceísta

La segunda mitad fue claramente liceísta: asedió sin premio el equipo local durante 15 minutos. Las más claras fueron para Maxi en un mano a mano y Marc con un remate blando que también se topó con el portero luso.

Se redimió de sus errores el 9 verdiblanco con un gol de puro delantero centro al remachar en el área una buena acción de César por detrás de la portería.

El minuto 40 fue un baile de emociones. El Benfica cometió la décima falta, pero Adroher estrelló en el poste la directa cuando ya había engañado a Henriques. No desaprovechó la bola parada Álvarez, que vio el hueco ante Grau en la décima del Liceo.

Final deslucido

Tenía una vida más el Liceo, que volvió a empatar por mediación de Àlex Rodríguez tras asistencia de Roby, pero una tarjeta azul muy protestada para el propio Àlex le dio una nueva opción al Benfica y Álvarez, totalmente inspirado, devolvió la ventaja al Benfica.

En los tres minutos finales, Marc se fue al suelo en el área por un agarrón, pero los árbitros no lo vieron así y, además, se cargaron un desenlace lleno de emoción con una azul para Di Benedetto por sus protestas.

El Liceo cayó con honor y su público le correspondió como se merece. La gloria europea tendrá que esperar.