El Deportivo regresó ayer a los entrenamientos, tras cerrar la liga regular el pasado sábado con una derrota frente al Unionistas en Riazor (0-1), con el objetivo de comenzar la puesta a punto de cara al playoff de ascenso.
Los futbolistas que formaron en el once inicial blanquiazul —salvo Adrián Lapeña, que jugó de inicio pero solo disputó los primeros 45 minutos— afrontaron una sesión de recuperación, con unos minutos de carrera continua, estiramientos, tareas en el gimnasio y el posterior tratamiento de fisioterapia.
El resto de los pupilos de Borja Jiménez —incluido Lapeña, el portero Pablo Brea, que completó los 90 minutos ante el conjunto salmantino, y los también canteranos Yeremay y Brais Val, que participaron en la segunda mitad del partido— afrontaron un entrenamiento de alta intensidad.
Así, tras los minutos iniciales de calentamiento, el entrenamiento, que se prolongó durante una hora, continuó con un ejercicio de posición, una tarea con porterías pequeñas y fútbol en espacio reducido.
La escuadra deportivista, de esta forma, empezó a preparar su próxima cita, fundamental, ya que los blanquiazules tienen el próximo fin de semana la primera eliminatoria del playoff de ascenso, donde, en principio —y salvo que el Comité de Apelación dé la razón al Algeciras en su denuncia de alineación indebida del Real Madrid Castilla en el encuentro entre ellos— se enfrentará al Linares.