El camino hacia la escalada en la tabla y el premio final del ascenso tiene que construirse sobre sólidos cimientos. Uno de ellos pasa porque el Depor se haga fuerte en Riazor, un estadio que por primera vez en esta campaña pudo celebrar dos victorias seguidas.
Linares (2-1) y Sanse (1-0) eran dos escuadras que visitan A Coruña en buen momento. Los azulones, instalados en la zona noble de la tabla, que da acceso a los puestos de playoff, llegaban invictos al campo herculino, con siete jornadas sin conocer la derrota y se iban de vacío.
El Deportivo era capaz de salvar ante un adversario de los de arriba un encuentro en el que empezaba por detrás en el marcador pero al que daba la vuelta, con tantos de Rubén Díez y Alberto Quiles.
Su último rival en casa, la UD Sanse, aterrizaba en Riazor después de cinco jornadas sin perder y en puestos de playoff. Los coruñeses lograban imponerse, aunque no sería hasta el minuto 60 cuando abrirían el marcador, por medio de nuevo del atacante onubense. Un triunfo ante otro oponente, sobre el papel, más temible que otros ante los que los coruñeses habían hincado la rodilla.
a campaña pasada, sobre todo en el primer tramo, había mostrado a un Deportivo muy solvente en su casa, pero que patinaba bastante más a domicilio. La primera vez que encadenaba una dinámica de dos triunfos consecutivos era en las jornadas uno y cuatro, cuando se imponía a Celta B (5-0) y Badajoz (1-0). Los caprichos del calendario querían que jugase dos jornadas seguidas fuera en el inicio, aunque se saldaban con sendas victorias contra Tudelano (0-1) y Calahorra (0-3).
Los coruñeses volvían a encadenar, en esta ocasión, tres jornadas seguidas (ocho, diez y doce) ganando en su campo, tras imponerse a la UD Sanse y Zamora (1-0) y por 3-0 ante un Extremadura que no se presentaba, debido a la huelga que estaba llevando a cabo entonces el equipo. Acababa el año el Depor en su campo al Valladolid Promesas en la jornada 16 (3-0) e iniciaba el 2021 imponiéndose en la 18, por la mínima al Talavera.
Llegaba entonces el fatídico mes de febrero, en el que los blanquiazules dinamitaban sus opciones de ascenso y eran incapaces de enlazar dos triundos seguidos, ni en casa ni muchos menos fuera, donde el equipo se desinflaba. Con el Depor ya sin opciones de ascenso directo, el conjunto entonces entrenado por Borja Jiménez pegaba un esprint final venciendo cinco jornadas seguidas en casa, donde caían Cultural Leonesa y Rayo Majadahonda (2-1), DUX y UD Logroñés (3-0) y Talavera (4-3).
Trece partidos ganados en Riazor, tres empates y el mismo número de derrotas que no le llegaban a los herculinos para poder ascender ante un Racing de Santander imparable, tras ganar en el campo coruñés.
El ascenso depende de muchos factores, pero ser solventes en Riazor será uno de ellos y el Depor quiere que su campo vuelva a ser un fortín.