El Banco Central Europeo (BCE) subió este jueves sus tipos de interés por décima vez consecutiva desde julio del año pasado, en un cuarto de punto, hasta el 4,5 %, máximo desde mayo de 2001, porque espera una inflación más elevada debido a la energía y pese a que la economía se estanca y se teme que entre en recesión.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, explicó en rueda de prensa que el Consejo de Gobierno decidió subir los tipos de interés en un cuarto de punto por "una sólida mayoría".
Lagarde también dijo que no todos los miembros tuvieron la misma opinión y que algunos hubieran preferido esperar y mantener el precio del dinero en esta reunión.
Lagarde añadió que el BCE no discutió hasta dónde van a subir el precio del dinero como máximo y comentó que no podía decir si los tipos de interés han alcanzado el máximo en la zona del euro, pero los mercados consideran que esta es la última subida en este ciclo alcista.
De momento, el BCE sólo dice que "las decisiones futuras del Consejo de Gobierno asegurarán que los tipos de interés oficiales del BCE se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario".
La facilidad de depósito, a la que el BCE remunera el exceso de reservas de los bancos a un día, sube hasta el 4 % a partir del 20 de septiembre, un máximo histórico desde que se creó la zona del euro en 1999 porque nunca ha estado tan elevada.
"La inflación continúa descendiendo, pero aún se espera que siga siendo demasiado alta durante demasiado tiempo. El Consejo de Gobierno tiene la determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en su objetivo del 2 % a medio plazo", dijo el BCE en un comunicado.
De hecho el personal del BCE revisó al alza las previsiones de inflación para este año y para el 2024 por la energía y no prevé acercarse al objetivo del 2 % hasta el año 2025.
El precio del petróleo se sitúa en máximos desde hace diez meses porque Rusia y Arabia Saudí acordaron recortar su producción, lo que creará un déficit de mercado sustancial durante el cuarto trimestre.
Los expertos del BCE prevén ahora una inflación general media en la zona del euro del 5,6 % en 2023 (frente al 5,4 % previsto el pasado junio), del 3,2 % en 2024 (3 %) y del 2,1 % en 2025 (2,2 %).
Además, la inflación subyacente continúa siendo intensa, pese a que la mayoría de los indicadores han comenzado a moderarse.
Previsiones
Lagarde pronostica que la economía de los países del euro seguirá débil los próximos meses por la caída de la demanda de las exportaciones y porque ahora el sector servicios también se debilita.
El mercado laboral ha resistido, pese al debilitamiento de la economía, pero ya empieza a crear menos empleo, según la presidenta del BCE.
"La economía mantendrá probablemente un ritmo contenido en los próximos meses. Tras estancarse en general durante la primera mitad del año, los indicadores recientes sugieren que también ha sido débil en el tercer trimestre. El descenso de la demanda de exportaciones de la zona del euro y el impacto de unas condiciones de financiación restrictivas están frenando el crecimiento, debido también a una menor inversión residencial y empresarial", apostilló Lagarde.
"El sector servicios, que había mostrado resiliencia hasta ahora, también se ralentiza", añadió.
El personal del BCE revisa a la baja sus previsiones de crecimiento y ahora espera que la economía de la zona del euro crezca un 0,7 % en 2023 (0,9 % previsto en junio), un 1,0 % en 2024 (1,5 %) y un 1,5 % en 2025 (1,6 %).
No obstante, Lagarde dijo que están "confiados en que el crecimiento va a repuntar en 2024".