El combustible renovable que Repsol fabrica en Galicia tiene receta madrileña

El combustible renovable que Repsol fabrica en Galicia tiene receta madrileña
Más de 200 científicos y tecnólogos trabajan en el centro investigador de Repsol en Móstoles, un espacio que cuenta con más de 50.000 metros cuadrados

Los residuos ya no son el futuro de la energía, se han convertido en el presente para los combustibles renovables gracias a la apuesta por la investigación y la innovación que realizan centros como Repsol Technology Lab. 


El epicentro innovador de Repsol es el responsable de la receta de los biocombustibles que llega desde Móstoles hasta la refinería de A Coruña y el resto de complejos industriales de España.  Desde aceites de cocina hasta biomasa o residuos procedentes de la agricultura y la ganadería, se aprovecha hasta el último recurso para posibilitar unos carburantes cada vez más respetuosos con el medio ambiente y avanzar en la descarbonización. 


El combustible que se encuentra en la actualidad en las gasolineras Repsol ya cuenta con un 10% de componente “bio”. Llegar al 100% es en lo que ya trabaja la compañía, que ha iniciado un proceso de transformación para alcanzar la neutralidad climática, amparado por años de investigación cocinados con todas las garantías de calidad en Repsol Techonology Lab. Este centro cuenta con 20 laboratorios y 35 plantas pilotos que recrean la actividad industrial de la compañía a pequeña escala.

 

Foco en la investigación 

En A Coruña, el tratamiento de los residuos con este fin comenzó en 2021 con pruebas que empleaban el aceite de fritura. Estos residuos pueden traer múltiples componentes que afectan a la realización de los combustibles, por lo que es fundamental conocer al dedillo los recursos empleados. 


“Cuando sacas los residuos del vertedero pueden tener piedras, metales, etc. Tienes que conocer muy bien sus propiedades para saber cómo procesarlos”, explica Aurora Mañas, gerente del laboratorio de formulación del centro. 


Una vez se ha analizado el residuo y convertido en combustible, se realiza un ensayo en las plantas piloto del centro que funcionan como “mini refinerías” y que simulan el trabajo que se realiza en estas fábricas. “Nos permite reproducir cualquier proceso químico que tenga lugar en nuestros complejos”, explica Mercedes Ayala, responsable de laboratorios y fábricas piloto. 


Para conseguir la receta perfecta, Repsol prueba sus productos en motores de distinto tipo que monitorizan desde su centro investigador. Desde coches convencionales a tractores, camiones y hasta barcos y aviones, se cubre toda la industria de movilidad por tierra, mar y aire. Incluso el sector aeroespacial o el de competición como MotoGP emplean estos combustibles –con distintos niveles de composición–. 


“El vehículo y el motor es nuestro metro de medir. Tenemos todo sensorizado para analizar el consumo del combustible, los parámetros de temperatura, la presión, las emisiones contaminantes que salen por el tubo de escape… Necesitamos conocer muy bien el comportamiento de nuestro producto”, subraya Dolores Cárdenas, manager de diseño de producto.  


Gracias a este proceso, para un vehículo la diferencia entre un carburante renovable y uno convencional es cero, ya que cuando estos combustibles llegan a los motores es imposible distinguir el origen. Sin embargo, es una solución más sostenible en línea con el objetivo de emisiones netas de Repsol. Ayala destaca que son compatibles con todo tipo de vehículos y además dan solución a todos aquellos sectores donde la electrificación no es posible.

 

Apuesta por lo local

En este proceso de transformación, es fundamental aprovechar los recursos locales que rodean los complejos industriales. 

 

“Un residuo es muy diferente si viene del norte o del sur”, aclara Mañas, que concreta que afecta incluso el tiempo en el que fue recogido. En Technology Lab, que funciona como un “betatester”, analizan los complejos para optimizar al máximo este proceso e incluso se adelantan con productos que no están en el mercado.

 

Actividad coruñesa

El complejo industrial herculino utilizó en 2022 más de 195.000 toneladas de “materia prima bio” de distintos tipos para la fabricación para combustibles renovables. 


Este año se prevé un aumento de cerca del 30% respecto al año anterior, según precisan desde la compañía, que invirtió en los dos últimos años siete millones de euros en este ámbito. 


Desde Repsol destacan el hito del cargadero de camiones cisterna de fuel oil automatizado de la refinería A Coruña, un proyecto que permite ampliar el espectro de materias primas para utilizar en biocombustibles. “Esos residuos son mucho más locales porque no tienes que trasladarlos vía marítima”, indican.


Los carburantes 100% renovables ya se encuentran en distintas gasolineras de todo el territorio nacional y llegarán “muy pronto” a Galicia con una estación en el municipio de Coirós. 

El combustible renovable que Repsol fabrica en Galicia tiene receta madrileña

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