El transporte urbano de viajeros en España se mantiene lejos de las cifras que alcanzó, no ya antes de la pandemia sino varios años atrás y, pese al buen inicio de 2023, los datos de enero y febrero están todavía en números de hace seis años para el autobús y de hace cuatro para el metro.
La última Estadística de Transporte de Viajeros publicada recientemente por el INE confirma que aun no se ha alcanzado la recuperación del transporte público en las ciudades españolas, tras el desplome a partir de marzo de 2020 del número de usuarios por las limitaciones impuestas por la covid y a pesar de las bonificaciones en los precios impulsadas desde septiembre pasado por el Gobierno y respaldadas e incluso incrementadas por las comunidades autónomas.
En los dos primeros meses del año los autobuses urbanos del conjunto de ciudades españolas transportaron 278,7 millones de viajeros, que son un 26,10 % más que en el mismo periodo de 2022, pero un 11 % menos que en esos mismos meses de 2020, antes de las primeras restricciones por la covid.
Esos 278,7 millones de viajeros -una media de 4,7 millones diarios-, sitúan el uso de los autobuses urbanos de las ciudades españolas en cifras inferiores a las de 2017 (283,7 millones).
Por comunidades autónomas, solo las guaguas canarias llevaron más personas en enero y febrero de este año que en los mismos meses de 2020, un 10,39 % más, mientras que en Aragón transportaron un 15,60 % menos, en Galicia un 15,47 % menos y en Castilla y León un 14,61 % menos.
Eso a pesar de que en el último año han mejorado en todas las comunidades, más en Canarias (44,83 %) y la Comunidad Valenciana (40,47 %) y menos en Galicia (19,90 %) y Cataluña (20,12 %).
Con estas cifras, los autobuses urbanos de Canarias se apuntaron en los dos primeros meses de 2023 su mejor arranque de año, mientras que los de Andalucía, Castilla y León, Extremadura y Galicia se situaron en cifras inferiores a las de al menos los últimos 10 años excepto 2021 por las restricciones a la movilidad por la pandemia.
En cuanto a las ciudades con metro (salvo Granada, que sigue sin incluir el INE), los tres con más viajeros, los de Madrid, Barcelona y Bilbao, tuvieron en los dos primeros meses de este año menos usuarios que en el mismo período de 2020, antes del estado de alarma.
La Estadística de Transporte de Viajeros señala que Metro de Madrid llevó en los dos primeros meses de este año un 8,55 % menos de viajeros que en enero-febrero de 2020, justo antes de las restricciones por la pandemia, el de Bilbao un 6,38 % menos y el de Barcelona un 1,48 % menos.
Frente a ellos, el de Palma mejoró un 40,10 %, el de València un 13,98 %, el de Málaga un 6,85 % y el de Sevilla un 4,91 %, los cuatro con los mejores datos desde que existen, al contrario que los de Madrid y Bilbao, por debajo del número de viajeros de enero-febrero de 2018, y el de Barcelona, en cifras algo por encima de las de 2018.
Como estos tres son los más utilizados, la media de los siete suburbanos que contabiliza el INE arroja un descenso conjunto del 4,66 % respecto a enero y febrero de 2020, con un total de 212,1 millones de viajeros -una media de 3,6 millones diarios-, que son casi 10 millones menos.
Los 212,1 millones de viajeros de los primeros dos meses de este año son 3,45 millones menos que los registrados en 2019, hace cuatros años, y solo 5 millones más que los de 2018.
Y lo mismo ocurre con las Cercanías de Renfe -aunque no son un transporte urbano incluyen en algunos casos trayectos entre paradas situadas dentro de la misma ciudad-, que según la estadística del INE transportaron en los primeros dos meses del año un 31,46 % más de viajeros que en los mismos meses de 2022, pero un 7,54 % menos que en enero-febrero de 2020.
¿A qué se debe que el transporte público urbano esté tardando en recuperar los viajeros perdidos durante lo peor de la pandemia?
Los expertos mencionan en general el teletrabajo extendido durante la pandemia, que en buena medida ha llegado para quedarse, la recuperación más rápida de la movilidad en vehículo privado tras la pandemia o el aumento de alternativas como la bicicleta, el coche compartido o el patinete eléctrico.
Funcas añadió a éstas otras posibles causas, como el reparo, por cuestiones sanitarias, que todavía tienen algunos usuarios tras meses de mascarillas y gel hidroalcohólico, el avance del comercio electrónico y el progresivo envejecimiento de la población, que aumenta la dificultad de acceso en determinados casos.
EFE ha consultado al respecto a varios ayuntamientos. Desde Bilbao, la concejala de Movilidad y Sostenibilidad, Nora Abete, ha dicho a EFE que “va a costar” que sigan aumentando las cifras de viajeros en el transporte urbano hasta llegar a niveles anteriores a la pandemia.
En el caso de la capital vizcaína, la tendencia apunta a que los usuarios se inclinan por modos de desplazamiento más saludables y optan más por caminar -los últimos datos reflejan que el 67 % de los desplazamientos internos en Bilbao se hacen a pie o en bici-.
Ha destacado que Bilbao se encuentra en el 93 % del uso del transporte público con relación a antes de la pandemia y que en los últimos meses se ha ido incrementando el número de usuarios, sobre todo debido a los descuentos, pero “no se ha recuperado” el nivel anterior y costará hacerlo.
En la capital catalana, Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) ha destacado las cifras de marzo -todavía no publicadas por el INE-, con un nuevo récord en las redes de metro y bus, que superaron los 58,6 millones de validaciones.
Ha asegurado que este aumento “consolida la tendencia al alza después de la pandemia que ya se inició en 2022 y sigue creciendo”, y ha valorado los resultados de una encuesta de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) según la cual los descuentos del transporte público de 2022 aceleraron la recuperación de la demanda.
Por su parte, el Ayuntamiento de Madrid sostiene que en los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) “a día de hoy” no se da ese descenso y que la tendencia de recuperación de las cifras prepandemia ya está “consolidada”