El Govern advirtió a Carles Puigdemont de que no puede seguir apelando a una “legitimidad presidencial” y consideró que sus críticas a la reforma del delito de sedición “no aportan demasiado” al escenario actual, unos reproches a los que se sumaron PSC y Unidas Podemos.
Cuando este domingo se cumplió el quinto aniversario de su llegada a Bélgica huyendo de la justicia española tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución, Puigdemont rechazó cualquier “beneficio personal” por la reforma del delito de sedición y también que “pueda tener algún beneficio para la resolución del conflicto político entre España y Cataluña”, en un escrito a través de Twitter en el que criticó a ERC por intentar resolver su situación.
Unas palabras que llegaron en pleno debate sobre la posible reforma del Código Penal para modificar el citado delito de sedición (por el que fueron encarcelados diversos líderes independentistas) y que ayer provocó reproches desde el Govern, el PSC y Unidas Podemos, tres de las patas de esas negociaciones.
La voz del Ejecutivo catalán fue la del conseller de Investigación y Universidades, Joaquim Nadal, quien restó importancia a la misiva del expresidente catalán, tanto que admitió no haberla leído directamente, aunque sí fue informado de su contenido crítico. “Es una carta perfectamente comprensible desde la posición de Puigdemont, pero que en el panorama político catalán y español no aporta nada”, reconoció.
El exdirigente socialista se mostró “convencido” de que ese posicionamiento no conseguirá dañar la estrategia de ERC a favor del diálogo. “Han pasado cinco años, han pasado dos presidentes más. El presidente legítimo en Waterloo es un episodio de hace cinco años”.
En lo respecta a si cree que Puigdemont ya no es un presidente legítimo, Nadal opinó que “tiene la legitimidad en lo que se refiere al movimiento independentista, no podemos seguir apelando a una legitimidad presidencial, porque es discutible”. “¿Quim Torra no era legítimo? ¿Aragonés no es legítimo?”, se preguntó el conseller.
También el presidente de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, defendió la reforma del “anacrónico” delito de sedición, al ser una “amenaza” para el derecho de protesta. “Se debe desactivar ese tipo penal. Y si a Puigdemont no le gusta, es su problema”, zanjó Asens.
Desde las filas socialistas se replicó a Puigdemont, al dejar claro que la reforma del delito de la sedición “no se ha planteado nunca en beneficio de nadie”, según explicó la portavoz del PSC, Elia Tortolero.
Según Tortolero, la reforma se planteó para “equipararla a los estándares europeos”, motivo por el que se mostró convencida de que los ciudadanos de Cataluña “aceptarán” la reforma, y que la autonomía funciona mejor cuando gobierna el PSOE en España.