Los socios del Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos están acentuando sus diferencias en este año electoral, como evidencian la falta de acuerdo en la reforma de la ley del solo sí es sí y las fuertes discrepancias con la ley de bienestar animal, aunque a la hora de votar todavía siguen unidos.
Un buen ejemplo de ello es la propia ley de bienestar animal, que finalmente ha salido adelante este jueves en el pleno del Congreso pese al rechazo que había expresado Unidas Podemos por la incorporación de una enmienda del PSOE que excluye de la norma a los perros de caza.
El PSOE se ha mantenido muy firme en su postura, consciente de las repercusiones electorales de esta ley en el ámbito rural, sobre todo en comunidades gobernadas por los socialistas como Castilla-La Mancha y Extremadura, y por ello no ha cedido a la presión de sus socios, que pedían la retirada de la enmienda.
“Podemos no puede pretender que todo se haga como ellos quieren”, señalan fuentes socialistas.
Ocurrió lo mismo pero con los roles cambiados en la ley trans, una norma estrella del Ministerio de Igualdad que el PSOE acabó apoyando pese a no estar de acuerdo con la autodeterminación de género en menores.
Pese a las desavenencias internas entre los dos socios, presentes desde el inicio de la legislatura, a la hora de votar han permanecido unidos, y confían en que vuelva a ocurrir con la reforma de la ley del solo sí es sí.
Aunque parece que con esta ley las posiciones están más enconadas que otras veces por la presión del calendario electoral, lo cierto es que ya ha habido otros choques que también han revuelto la coalición.
El recopilatorio incluye la ley Trans, la ley de Trata, la guerra de Ucrania, el aumento del gasto en Defensa o la salida del rey emérito de España sin que se lo comunicaran previamente.
De estos choques se han quedado más al margen los ministros de Unidas Podemos que no militan en la formación morada, especialmente Yolanda Díaz, que se ha puesto de perfil, defendiendo la ley del solo sí es sí pero sin posicionarse en contra de la propuesta socialista y pidiendo un acuerdo y cuidar la coalición de Gobierno.
Los dos socios son conscientes de lo que se juegan en estos momentos, con elecciones municipales, autonómicas y generales a la vista, y por eso la pelea es más intensa, aunque con otros temas pendientes como la ley vivienda y la ley mordaza hay optimismo en llegar a un acuerdo.
En Podemos las elecciones marcarán la relevancia que acaben teniendo y las opciones de repetir en el Gobierno, y por eso están redoblando sus esfuerzos y la vehemencia que ponen en ello para defender las iniciativas legislativas propias, intentando no ceder a las presiones de la parte socialista.
Y en el PSOE son conscientes de que también necesitarán de sus socios para repetir Gobierno, aunque quieren marcar cada vez más su perfil propio con la intención de atraer a votantes más trasversales.