La vorágine del fast fashion ha impulsado el regreso de la artesanía, defendiendo los orígenes y amando así, la fabricación local. Hacerlo implica un aumento en el precio final del producto, pero la calidad de las prendas es muy superior, por lo que el ciclo de vida se extiende. Baena se define como artesanía moderna en telas de alta calidad. Detrás de la marca se encuentra Laura Baena, su fundadora. La firma gallega nació en el año 2013 y desde aquel momento, ha evolucionado mucho.
“Baena nació en un momento de crisis, no había mucho trabajo. Yo había estado trabajando en Kina Fernández un par de años y todo el mundo te pedía más experiencia. Entonces decidí lanzarme a la piscina, porque quería explorar más mi creatividad. Fue complicado. Desde aquel momento la firma ha evolucionado bastante. Por aquel entonces lo veía como algo muy fresco, muy de moda, muy para las mujeres. Después se cruzó el mundo del audiovisual y del teatro en mi camino y la marca se quedó un poco en stand by. La retomé y vino la pandemia”, destaca la diseñadora.
Baena es una marca dedicada a las mujeres, una firma sostenible, dónde se le da mucha importancia a la sastrería femenina, y dónde todas las mujeres de todas las tallas tienen su hueco. “Decido no tener stock o tener un stock muy limitado, porque prefiero tener el tejido y que una mujer de talla 48 se quiera hacer un traje y se lo pueda hacer. Me gusta que mis clientas se sientan poderosas, guapas y elegantes con mis prendas”.
Baena se inspira en Galicia, en su clima y en la artesanía: “Mi trabajo debe de parecerse al que se hacía antes. En Galicia siempre hubo muy buena mano para la confección. Me fijo en las mujeres costureras y en las palilleiras, no me gusta seguir tendencias. Me inspiran mucho también los trajes que tiene mi madre de cuando era joven, la calidad es muy buena”, afirma Laura.
El taller está ubicado en Carral y es la propia Laura la que escoge los tejidos, realiza todo el diseño de patronaje y actualmente, también el corte. “Trabajo con las costureras de toda la vida y aprendo muchísimo de ellas. Ellas tienen sus talleres en casa y sus máquinas industriales. No hay nada más artesanal que eso”, añade.
En Baena podemos encontrar blazers, abrigos, vestidos, camisas y tops, pantalones o faldas. Pero sin lugar a dudas, los trajes y los abrigos son la esencia de la marca: “Los trajes son como una armadura. Tú te pones un traje y vas bien vestida y te sientes genial. Y además, después los puedes combinar por separado. Dependiendo de los complementos que le añadas puedes crear mil combinaciones a lo largo de los años. Busco que las mujeres vayan guapas, seguras y que no pierdan mucho el tiempo delante del armario, intentando siempre fomentar la compra meditada”.
A mayores, Baena realiza ediciones limitadas con tejidos que consigue de LVMH, la casa de Louis Vuitton: “venden excedente de tejidos, que tienen una calidad alucinante, de todas sus casas. A veces, compro un rollo de tela de 5 metros, en otras ocasiones, uno de 20 metros… Son un poco más caras pero sé que compro productos de muy buena calidad”, concluye.