Cuando Raquel Romero se inició en la práctica del yoga, una disciplina, nacida en la India que conecta el cuerpo y la mente, su única pretensión era “sentirse bien”. Nunca pensó que acabaría siendo profesora en el refugio urbano de Ioga e Fitness, emplazado en el número 23 de la Plaza de Lugo. 

¿Siempre tuviste claro que querías ser profesora de yoga?

La verdad, no es algo que yo hubiese planeado desde el principio. El yoga fue llegando poco a poco hasta convertirse en mi forma de vida. Cuando empecé a practicarlo no fue con ninguna intención de hacerme profesora, lo hacía sobre todo porque me hacía sentir bien. Era una manera de moverme, de sentirme saludable y sí que es verdad que empecé a notar muy deprisa los cambios que me ofrecía tanto a nivel físico como mental, ya que fui bastante constante desde el primer momento. Notaba mi cuerpo más ligero, fuerte y flexible que nunca, pero también mi mente se volvía más ligera. Cada vez me sentía más dueña de mí misma. Eso sí, lo más importante fue tener constancia en la práctica, creo que fue lo que me llevó a ver resultados deprisa, aunque lo importante es practicar sin esperar nada y todo lo demás va llegando solo.

El yoga fue llegando poco a poco hasta convertirse en mi forma de vida

Está claro que a ti el yoga te ha cambiado la vida…

Dicen que cuando cambiamos un pequeño hábito en nuestra vida, todo lo demás comienza a cambiar. Dedicar unos minutos al día a la práctica de yoga, a escuchar y observar tu cuerpo, tus pensamientos te cambiará la vida por completo.

Cuando cambiamos un pequeño hábito en nuestra vida, todo lo demás comienza a cambiar

¿Cómo te sentías después de salir de cada clase?

 Algo que me sorprendía mucho después de cada clase era la sensación con la que salía, ya que era algo muy distinto a estar haciendo cualquier otro tipo de actividad física. Eso era lo que me iba enganchando.

¿Qué le dirías a la gente que desconoce esta disciplina?

Muchas veces, la gente asocia el yoga a algo aburrido, en el que todo es paz y muy zen. Pero la realidad es que supone enfrentarse a uno mismo cada día, a romper con todos esos no puedo y con la pereza. El yoga te enseña a no mirar a la esterilla de al lado y a centrarte en tu propio camino, a confiar, a conocerte más y a escucharte. Los beneficios son muchos. Todos tenemos cosas que trabajar en nosotros mismos y por eso, para mí, es una práctica tan completa que se vuelve medicina para el cuerpo, para la mente y para el alma.

El yoga te enseña a centrarte en tu propio camino, a confiar, a conocerte más y a escucharte

¿Cuál crees que es la clave del éxito en el yoga?

Cuando te mantienes centrado en tu práctica todo va llegando de una forma orgánica y natural. Así es como comencé a dar clases. La verdad es que, desde que terminé mis formaciones, todo fue fluyendo. Obviamente, al principio, siempre hay barreras sobre todo mentales, que pude ir superando con facilidad gracias a toda la fortaleza que había ganado a lo largo de los últimos años de práctica. Se trata de seguir el camino y confiar en que todo llegará de la manera que tenga que hacerlo. Ser profesora de yoga fue algo natural que se fue dando. Primero dando clases a familiares y amigos para, poco a poco, tener la oportunidad de hacerlo en los mejores estudios de la ciudad. La verdad es que agradezco mucho la confianza que se ha depositado en mí desde el principio. Siempre trato de compartir desde el corazón y ojalá todas las personas que acudan a mis clases puedan recibir del yoga todo lo que a mi me ha dado y mucho más. 

Ojalá todas las personas que acudan a mis clases puedan recibir del yoga todo lo que a mi me ha dado y mucho más

¿Aquellas personas que quieran practicar yoga contigo solo pueden hacerlo en la Plaza de Lugo?

Mis primeras clases fueron en Acorafit. Allí fue donde me abrieron las puertas y me dieron esa confianza. Ahora podréis encontrarme en Ashtanga Yoga Coruña, donde doy clases a grupos reducidos, en Prana Studio Yoga y en Ioga e Fitness. También podéis encontrarme en el canal de YouTube de Yogimi. En él encontraréis clases gratuitas  cada semana. La verdad es un verdadero lujo poder trabajar con Patry Montero y todo su equipo. Estoy infinitamente agradecida de poder compartir y trabajar con tantas personas maravillosas, que me reciben siempre con los brazos abiertos. Las personas que vas conociendo a lo largo del camino y la confianza que depositan en ti, es un regalo. Lo que más me gusta del yoga es que abarca tantas áreas que nunca dejas de aprender y dando clase aprendes todavía más. La mayoría de personas que vienen siempre lo hacen esperando otra cosa y después se llevan una sorpresa: ¡les gusta! Así que, si tienes el gusanillo de probar, te animo a que lo hagas. Hay un montón de estilos de yoga. Es cuestión de ir probando hasta que encuentres el que más concuerda contigo. 

Hay un montón de estilos de yoga, es cuestión de ir probando hasta que encuentres el que más concuerda contigo